Accidente del HK 4892: Un gesto de nobleza le salvó la vida a Nadia Carolina Macías


​Nadia Carolina Macías Güechá

Las cédulas de Nadia Carolina y de Oscar Guillermo ya estaban sobre el escritorio de Juan Carlos, el despachador de Alas de Colombia en el aeropuerto Internacional Palonegro, mientras se definía quién ocuparía el único puesto que quedaba disponible en el Cessna 207 de matrícula HK 4892 con salida a las 2 de la tarde de ese fatídico e inolvidable 24 de diciembre y con destino el aeropuerto Gerónimo de Aguayo de Málaga, ubicado a solo 25 minutos de vuelo.

Nadia Carolina Macías Güechá, una estudiante de séptimo semestre de Administración de Empresas, había trabajado hasta las 10 de la noche del día anterior, 23 de diciembre, precisamente para poder contar con el día 24 libre para poder cumplir ese sueño que tenía desde hacía varios meses: pasar la Nochebuena en compañía de sus padres y hermanos en la ciudad de Málaga.

Nadia Carolina le había pedido el favor a su mamá, Gloria Güechá, que le separara un pasaje para ese día en la avioneta, tarea que en efecto, había sido cumplida desde Málaga.

Señala que muy temprano salió a rezar el último día de la novena en un templo cercano a su apartamento, "y como a las 10 de la mañana mi mamá me llamó y me dijo que tenía vuelo a las 2 de la tarde, entonces llegué al apartamento, me alisté y salí para el aeropuerto a donde llegué como a la 1 y media de la tarde, fui la primera en llegar y lo primero que hice fue buscar a Juan Carlos para decirle que ya estaba ahí, porque él es la persona encargada de llevar a los pasajeros y sus equipajes hasta el avión. Él me dijo que todavía no habían llegado los otros pasajeros, pero a los pocos minutos llegó Claudia Mesa; luego llegó el señor Oscar Gallo y después la señora Mercedes Ramírez; minutos después llegó la profesora Oliva Lizcano y su hijo Germán y finalmente llegó Carolina Bonilla".

Nadia Carolina no almorzó antes de salir para el aeropuerto ni buscó almuerzo en el terminal aéreo, porque Gloria, su mamá, le había dicho que la esperaba para almorzar juntas.

Bueno señor, entonces váyase Usted…

Carolina Macías recuerda que como ya todos los pasajeros estaban ahí, Juan Carlos comenzó a anotarlos para elaborar los tiquetes, sin embargo, ella y Oscar Gallo no estaban programados para ese vuelo, pero alguno de los que sí estaban programados no llegó, por lo que se debía definir quien ocuparía esa silla; "sin embargo yo le dije a Juan Carlos que Sandro me tenía programada para ese vuelo, pero Juan Carlos nos dijo (a Oscar y a mi), que no, que teníamos que esperar a que la avioneta fuera a Málaga y volviera por nosotros. Entonces el señor Oscar Guillermo se comenzó a poner bravo y me dijo que él estaba haciendo unas vueltas en el centro y que si Sandro le hubiera avisado que el vuelo no era a las 2 de la tarde habría alcanzado a hacer otras vueltas, porque el se programaba siempre".

Agrega que, "el señor (Oscar) estaba súper bravo, pero yo también quería venirme en ese vuelo y solo quedaba un puesto y las cédulas de nosotros dos estaban en la mesa, esperando a ver a quien anotaban y él llamando a Sandro y al parecer Sandro no le respondía el celular, entonces me preguntó si yo tenía afán, yo le dije que quería venir a pasar Navidad con mi familia y que el otro vuelo saldría por ahí a las 4 de la tarde,  mientras el avión va y vuelve. El caso es que el señor estaba supremamente desesperado y bravísimo y me volvió a preguntar si yo tenía afán, pero como estaba tan bravo y yo también, entonces le dije, bueno señor, entonces váyase usted y yo me quedo para el próximo vuelo, yo guardé mi cédula en el bolso y él me dijo bueno listo, que pena, nos vemos más tarde en Málaga".

Finalmente Oscar Guillermo Gallo Durán logró su objetivo de subirse al vuelo de las 2 de la tarde que, a propósito, despegó a las 2 y 27 minutos, de acuerdo con el reporte oficial de la Aerocivil, pero que nunca pudo llegar a Málaga, al parecer por fallas mecánicas en el aparato, que obligaron al piloto a intentar retornar a Palonegro, propósito que tampoco logró.

Carolina Bonilla llegó corriendo y muy cansada …

Siguiendo con el relato de Carolina Macías, nos manifiesta que la última pasajera en llegar fue Carolina Bonilla, que también habló con ella y le dijo, "acabo de llegar de Barranca y vengo muy cansada, menos mal que ya vamos a llegar, nos vemos ahorita".

Por su parte, Claudia (Mesa) también me dijo, "bueno nena, nos vemos ahora"; porque yo fui la única que me quedé en  el aeropuerto esperando que llegara la otra avioneta.

La avioneta que nunca regresó por ella…

Nadia Carolina recuerda que, "hacia las 3 de la tarde, yo llamando a mi mamá para decirle que yo fui la única que me quedé y el otro vuelo sale tarde, porque mi mamá me estaba esperando para almorzar y como a las 3 y media le mandaba WhatsApp a Juan Carlos diciéndole: "oye Juan Carlos, por favor acuérdese que yo estoy esperando la avioneta, no me vaya a dejar acá", pues yo sabía que la avioneta ya iba a llegar por mí, pero lo que más me tenía asustada era que yo no veía a nadie más que viniera para acá, entonces yo pensaba que por ahí Sandro no habría cuadrado otro viaje o algo así, porque no llegaba ni siquiera otra persona. Ya cuando fueron las 4 de la tarde llamé a mi mamá y le dije: mamá, yo estoy asustada porque ya tan tarde no creo que manden vuelos a Málaga, Sandro no me contesta y le escribí a Juan Carlos y él lee mis whasApp pero no me responde nada".

"Por fin, a las cuatro y cuarto Sandro me contestó, yo le dije, "Sandro, le habla Carolina, es que todavía estoy aquí esperando el vuelo", mientras tanto mi mamá iba para el aeropuerto porque como él no contestaba, entonces él me respondió que me bajara del aeropuerto, pero yo no le entendía porque como estaba desde la una y media en el aeropuerto estaba muy estresada, entonces le dije: pero cómo así Sandro, yo estoy desde la una y media en el aeropuerto y el me respondió "no, no, bájese del aeropuerto" y le pregunté: entonces ya no espero más? Me dijo no, no, no. Pero por qué, qué pasó? Me dijo, "ocurrió un impase, ocurrió un impase"; mejor dicho, me dio a entender que no esperara más y me colgó. Yo de un a vez quedé fría".

No Glorita, es que la avioneta está perdida…

"En ese momento yo llamé a mi mamá y ella ya estaba con Sandro en el aeropuerto y mi mamá le decía, Sandro, qué pasó, mi niña todavía está esperando allá y él dijo, `yo ya hablé con ella y le dije que ya no esperara más` y mi mamá le decía, pero por qué y Sandro le dijo, "no Glorita, es que la avioneta está perdida". Cundo mi mamá me llamó y me contó, hmmm, terrible, yo salí y tomé un taxi y me fui para el apartamento, pero hmmm, completamente triste y confundida porque todos se habían  despedido de mí. Sin embargo, todavía no se sabía nada y como a las 5 de la tarde yo le decía a mi mamá, no creo que la avioneta se haya caído porque los helicópteros que la buscan ya la hubieran encontrado. Yo  nunca me imaginé lo peor, yo dije, a lo mejor le tocó aterrizar en otro lado, en  fin… ".

La hora de la verdad

"Finalmente, el que me dio la noticia fue mi papá, pero como había tantas versiones él me dijo que la avioneta se había tenido que devolver, porque estaba volando muy bajito y parece que tuvo que aterrizar en otro lado pero no la encuentran y yo decía, pero por qué no hablan, por qué no llaman, no se comunican, después yo comencé a leer en Facebook y twitter todas las noticias a ver qué pasaba, hasta que mi papá me llamó como a las 8 de la noche y me dijo, "princesa, la avioneta sí se cayó, ese momento fue terrible para mí. Con esa noticia yo descarté mi viaje aún por carretera y me quedé en Bucaramanga".

Navidad lejos de casa… pero con vida.

"Menos mal que mi tía Nancy estaba en Bucaramanga con mis primas, entonces yo me fui para allá y llegué llorando y le dije tía, fue terrible, pobre gente, pude haber sido yo, entonces me pasé toda la noche mirando las noticias, a ver qué pasaba, porque no se sabía nada. Decían que los celulares de los pasajeros timbraban pero que nadie respondía. Al otro día me levanté y lo primero que hice fue averiguar qué había pasado y fue cuando ya me enteré de todo".

"No son  casualidades, son  causalidades"

La reflexión de Nadia Carolina tiene validez, cuando señala que, "a uno se le vienen muchas cosas a la mente, primero que todo la fuerza que tiene una decisión, porque el hecho de yo decirle a Oscar, bueno, váyase usted, por la cara de desesperación que él tenía. Yo también quería estar acá con mi familia el 24 y pasar Navidad con ellos, pero con esa decisión veo que las cosas no son casualidades sino causalidades, porque cualquier decisión  que uno tome en la vida siempre va a tener un a consecuencia.

Yo nunca pude sentir felicidad porque la tranquilidad que sentíamos en mi familia se interrumpe al pensar en el sufrimiento que debían estar pasando las otras familias que estaban atravesando esta dolorosa situación".

Los últimos recuerdos de los que se fueron

"Como fui la última que me quedé ahí, hablé con todos, Claudia (Mesa) me dijo, hola nena, vas para Málaga?, que rico, yo también; ella traía como 4 bolsas llenas de regalos de Falabella y yo le dije, y eso? ella me respondió, no, los regalos de los niños".

"Carolina, (Bonilla) que fue la última que llegó, venía sudando y cansada, con un morral en sus espaldas, me dijo, "uy no, por fin, acabo de llegar de Barranca, me voy ya para Málaga a pasar Navidad".

"Con el señor Oscar Guillermo no nos conocíamos, al principio estaba muy bravo  porque no estaba incluido en el vuelo y después ya nos despedimos normal, porque yo decidí que me quedaba para dejarle el puesto a él, entonces me dijo, bueno, nos vemos más tarde allá".

"La profesora Oliva también me dijo, chao nena, nos vemos más tarde. Todos se despidieron de mí porque fui la única que me quedé ahí en el aeropuerto".

 

Nadia Carolina Macías Güechá revela la tristeza que les embarga en el seno de su familia, ya que, aunque ella salió bien librada, no deja de pensar en quienes por unos minutos fueron sus amigos y se despidieron de ella por siempre, sin saberlo. Agrega que, "en estos momentos son muchos sentimientos encontrados, por una parte siento que volví a nacer y me queda una gran experiencia y la confirmación de que, "no por mucho madrugar, amanece más temprano", uno siempre con los afanes pero no mide las consecuencias ni piensa en las cosas. También quiero agradecer a mi familia por todas las oraciones, porque ayudan mucho, lo mismo que la fe y sin duda, esta fue una Bendición Divina para mí".

A las familias de los fallecidos les envía sus sentimiento de condolencias, pero cree que, definitivamente, cada uno tiene su hora ya destinada.

La llegada a Málaga

Finalmente Nadia Carolina viajó a Málaga en bus, a las 2 de la mañana del 26 de diciembre, porque para el 25 no consiguió cupo.

"Una de las cosas que pensé, con mucha tristeza, cuando llegué a Málaga, es que ellos se vinieron adelante, pero yo llegué primero. Llegué a abrazar a mi mamá, a toda mi familia y supremamente agradecida con Dios por la nueva oportunidad de vida que me da".

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