Fernando Carrillo, Procurador General de la Nación
Como dato curioso, algunos alcaldes de García Rovira están aprovechando la coyuntura para contratar revisión de los EOT, que nada tienen que ver con la Pandemia.
Por Rubén Darío Rodríguez López
Chicamocha News
Málaga, 16 de abril de 2020.- El Gobierno Nacional ha decretado una cuarentena o aislamiento obligatorio en ocasión del decreto de emergencia sanitaria nacional, por la pandemia del COVID19 y dentro de la cual ha obligado a todos los ciudadanos a su cumplimiento. Con gran preocupación y con algunos inconvenientes, se ha venido desarrollando en todo el país ante una inminente propagación del virus a nivel nacional y tal vez con consecuencias muy fuertes y difíciles para toda la población colombiana.
Dentro de los efectos de dicha determinación, se ha contemplado la liberación de sendos recursos económicos para que las entidades territoriales del orden Nacional, Departamental y Municipal dispongan de una contratación especial ante la urgencia manifiesta, ya sea para dotar hospitales, clínicas o lugares de suficientes camas, equipos y personal para atender la emergencia o para subsidiar a familias vulnerables, que se verán afectadas en su sustento diario, ante la imposibilidad de salir a trabajar y conseguir los recursos económicos para su alimentación o su manutención.
Esta lamentable situación un poco apocalíptica, debería sensibilizarnos profundamente en nuestra manera de actuar, de ver las cosas, de valorar lo poco que se tiene y por supuesto debería exigir y demandar un comportamiento ejemplar de nuestra clase política, que debería anteponer muchos intereses, no sólo económicos, sino también particulares en su modo de pensar, de hablar y de obrar.
Sin embargo, en Colombia pareciera que una situación tan delicada y tan sensible como la que estamos viviendo en estos momentos, no estuviera conmoviendo a Alcaldes y Gobernadores, sino que, por el contrario, ha desatado un "afilamiento" de sus uñas para aprovechar esto como una oportunidad para robar y robar, sin control alguno. Veamos algunos ejemplos:
A nivel Nacional se han cuestionado contrataciones a dedo y por miles de millones de pesos aprovechando la emergencia sanitaria, para elaborar encuestas de percepción y pagar publicidad que limpie la imagen de algunos gobernantes y cosas que en absoluto tienen que ver con el COVID19.
Con contratación directa en departamentos como Bolívar, específicamente en municipios como Sahagún, (tierra de los ñoñopolíticos), se han evitado hacer licitaciones y han aprovechado la temporada de cuarentena para amañar contratos de obras civiles y de arreglo de parques, como si esa fuera la prioridad en estos momentos. En Atlántico, en Soledad y Malambo, se contrató la compra de alimentos (mercados) con una fundación, cuya experiencia está soportada principalmente en Educación y aprovechando la situación, se le entregaron a esta fundación más de 2.500 millones para la compra de víveres.
Para no ir tan lejos, la Gobernación de Santander, está contratando 280 millones en publicidad y 750 millones para un Call Center. en Barrancabermeja se compraron 1.000 mercados por un valor de 1.250 millones de pesos, en una canasta que, a costos razonables, no cuesta 60.000 y en ese mismo contrato destinaron 125 millones de pesos para pagar la entrega, ¿será que los van a entregar en avionetas?
Pero si por allá llueve en la provincia de García Rovira, no escampa: en Macaravita y Carcasí, municipios con mayores índices de NBI de la provincia, priorizaron el contrato de elaboración del Plan de Desarrollo por un valor de 50 Y 60 millones de pesos respectivamente, cuándo hoy ese plan se hace solamente contratando a dos personas por igual número de meses y mediante una plataforma virtual, y en promedio un plan de desarrollo para esos municipios no ha costado más de 25 millones de pesos. suponemos que las prioridades de la emergencia sanitaria están superadas.
Pero el festín lo están haciendo con la compra de mercados o Kits de víveres como los llaman hoy, para entregar a las familias afectadas por el confinamiento obligatorio de la emergencia sanitaria; algunos ejemplos: En Málaga, se celebraron dos contratos mediante modalidad de urgencia manifiesta, uno por 40 millones con una empresa de suministros, para el servicio de 2 enfermeras por dos meses, 300 jabones antibacteriales, 180 gel antibacteriales y 4 termómetros y otro por 15 millones para la compra de víveres y abarrotes, pero no especifica el número de mercados a suministrar o el número específico de familias a beneficiar, igual situación se presentó en el municipio de San Miguel, por un valor de 21.5 millones de pesos.
Pero la situación más aberrante que se está presentando es en el Municipio de San José de Miranda, allí se contrató de manera directa y bajo la modalidad de urgencia manifiesta la compra de víveres por 90 millones de pesos, donde se han denunciado posibles altos sobrecostos y el cambio de la dosificación en productos como el gel antibacterial, donde se entrega uno de 500 cc, pero le ponen etiquetado de 1.000 cc.
Solamente en sus primeros 100 días de ésta administración, ha celebrado contratos de manera directa, sin licitación, sin convocatorias, contratos que superan los 1.600 millones de pesos, sin contar las mínimas cuantías, que podrían ser otra cifra parecida. por ejemplo: dos contratos para eventos culturales (ferias y fiestas), que suman 200 millones aproximadamente, un contrato de 600 millones para la revisión del Esquema de Ordenamiento Territorial, EOT, (¿qué significará en este caso la palabra revisión?). 180 millones en dos contratos, uno para asesoría jurídica y otra asesoría financiera, es decir 90 millones cada uno. 165 millones en consultorías de proyectos y 175 millones de pesos para asesoría en proyectos agroindustriales, entre otros.
Como podemos ver, a la mayoría de colombianos, nos están poniendo en aislamiento y nos están pidiendo sacrificio de nuestros trabajos y empresas para evitar que mucha gente muera, pero parece que hay algunos pocos colombianos, que están aprovechando la cuarentena para ayudar a morir a otros conciudadanos. No quedan adjetivos para calificar a esta parranda de politiqueros corruptos y oportunistas que se hacen llamar líderes, y que, como los buitres, esperan que alguien se esté muriendo, para poder devorarlo.
Falta ver cuántos gerentes y directores de hospitales andan en lo mismo, y es ahí donde se espera la intervención del equipo conformado por el Procurador, el Contralor y el Fiscal General de la Nación, que ya tiene en la mira a varios mandatarios regionales y locales.
