San José de Miranda – 105 Años de Historia. La primera encomienda 1500-1840 – III Parte


Mapa de los resguardos del pueblo de tequia, 1793.


Por Rubén Darío Rodríguez López

Chicamocha News

El primer resguardo lo ordenó el Presidente D. Sancho Girón en 1632, cuyos límites fueron ampliados por el visitador D. Juan de Valcárcel en 1635, quien quitó también toda clase de privilegios (estancias). Valcárcel nunca estuvo en Tequia, los indios fueron llevados a visitarlo a Soatá.

Para entender un poco este complejo texto, es necesario aclarar que la cabuya fue una medida de longitud empleada de estos resguardos, equivalente, en esta ocasión, a cien pasos; por otra parte, fácil de encontrar, ya que los naturales (indios) cultivaban el fique y tenían experiencia de hacer grandes sogas o maromas, como las que encontraron los españoles en el paso del río Chicamocha, que para el tiempo de Valcárcel aún era poderoso y desbordado. Por otra parte, grandiosa ayuda para entender un poco más los linderos, el mapa a mano alzada aportada por los autores referenciados.

El resguardo de Tequia

Habida cuenta de la desaparición de indígenas en el Nuevo Reino de Granada, por traslados, desacomodación al ambiente, viruelas, epidemias, trabajos forzados, el Visitador Andrés Egas de Guzmán en 1595-96 procedió a otorgar resguardos a los indios. En 1632, el Presidente Sancho Girón ordenó asignar los resguardos a los indios de Tequia. Ante esta circunstancia, el corregidor Juan de Ayala les señalo 13 cabuyas, es decir: 1.300 varas en cuadro, "habida consideración a que el resguardo de 300 indios se mide con cinco mil pasos, que hacen cuatro mil varas". "Según esto, a cada indio tributario correspondía 3,80 hectáreas con un rendimiento de una fanegada de sembradura".

El visitador Juan de Valcárcel en 1635 agrandó más estos terrenos, según se desprende del auto de deslindes dictado en Guacamayas. Juan Valcárcel había llegado a Santa Fe en 1624 y hacia 1635 dio comienzo a sus visitas. Habiendo llegado al repartimiento de Sativa, allí pronunció el auto de 28 de julio de 1635, por medio del cual dispuso que el cacique de Tequia llevase a Soatá a los indios de este pueblo para visitarlo. El 2 de agosto siguiente, hallándose juntos en Soatá, los indios de Tequia, con asistencia del encomendero Juan de Enciso, de Fray Francisco Páez de Zambrano, de la orden de predicadores y cura doctrinero de dicho pueblo, de Juan de Ayala Maldonado, corregidor de los naturales del partido de Duitama, del cacique y capitanes, el señor Valcárcel hizo la descripción de los indios de esta parcialidad, que dio el total de 360.

De la información secreta y juramentada, recibida generalmente del cacique y a algunos indios principales, valiéndose de los servicios de indios intérpretes, y en este caso de Fray Francisco Páez de Zambrano, testigo exponente, se informó que Antonio de Enciso ha sido el Encomendero por más de cuarenta años, de que la iglesia de Tequia es de tapia, cubierta de paja indecente y muy vieja, cuyos ornamentos son viejos y rotos; que es doctrinero de dichos indios de patronazgo real; que entiende un poco la lengua, además de que los indios todos son muy ladinos; que están todos juntos y poblados en sus casas en contorno de la iglesia y pueblo antiguo, y que con facilidad acuden a ella. Que ha oído decir al cacique Don Pedro, que les faltan en sus resguardos tres cabuyas. Añade a esto que el Encomendero tiene pegados a los linderos su hato y yeguas, que serán cuatrocientas, que entran y salen en las labranzas y tierras de los indios

Límites del resguardo

El Visitador Valcárcel Dijo: "que desde luego les daba y dio y les señala, aplica y adjudica por sus tierras propias, términos y resguardos, desde la puerta de la iglesia de tapias de dicho pueblo, poniendo la vista hacia el poniente y a un peñasco muy alto que en lengua de indios se llama Palola, que va haciendo una cordillera que va corriendo adelante hasta llegar al mojón que les señaló el dicho Corregidor Juan de Ayala, que tuvo trece cabuyas, que son mil y trescientos pasos, que llegaron al dicho sitio Palola, donde se haga Mojón, respecto de que por aquella parte no se pudo extender más el dicho resguardo por ser tierra de páramo e inútil para los dichos indios".

Y volviendo a la dicha iglesia, cogiendo la una esquina de ella a mano derecha mirando el sitio donde el corregidor había puesto el otro mojón de las trece cabuyas, que son mil y trescientos pasos, que por esta parte les señaló, está junto al camino real que va del pueblo de Molobobita para la ciudad de Pamplona, que el sitio y mojón llaman los indios Chocabota. Se les extiende más, otras tres cabuyas; que por todas son mil y seiscientos pasos, que llegaron hasta una quebrada que estaba más adelante, que los indios llamaban Secabalia, donde se manda se haga otro mojón sobre una piedra muy grande que está allí, la cual dicha quebrada se puede cerrar por alguna parte para que los ganados vacunos y yeguas no les hagan daños.

Y desde la dicha iglesia de él con otras trece cabuyas, va corriendo la tercera línea de éste resguardo de él, que son mil y trescientos pasos, que llegaron al sitio que llaman los indios Coculigua, donde se mandaba hacer mojón, que es el mismo que le señaló dicho corregidor, que por esta parte consta ser tierra muy capaz para su resguardo y hacer sus labranzas de maíz, trigo, turmas y legumbres, para sus sustento, por ser muy fértiles y sitio muy acomodado para cultivarlos, donde hay una quebrada de mucha agua, que con facilidad la pueden sacar los indios para sus usos y regaderos, así se les mandaba lo hagan, con que se entiende tendrán muy bastante el sustento necesario, sin tener necesidad de ir a buscarlo a otra parte.

Y por esta les extiendo más el dicho resguardo una cabuya más, que son cien pasos, desde el dicho mojón referido a donde llegaron, que por todas son catorce cabuyas por esta línea, que son mil y cuatrocientos pasos que llegaron a un cerrillo, que está junto al rio que baja de Cervitá, que lo llaman el de Tequia, cuyo cerrillo quedó por mojón de dicho resguardo, que lo llaman los indios Menacha; y respecto de la disposición de la tierra y estrechez que hay para la cuarta línea, no se pudo dar ni señalar resguardo, ni el dicho corregidor se los señaló por la dicha razón.

Dentro del auto de adjudicación del Resguardo, quedó también definido el uso de las tierras, que productos y especies animales podían cultivar y explotar los indios, los cuales detallaremos en otro capítulo de esta enriquecedora historia.

Próximo capítulo: Organización social de la encomienda de Tequia.

Notas bibliográficas:

1.      Mojica Silva, José; Relación de visitas coloniales.  De la provincia de Tunja y de los partidos de la palma. Muzo, Vélez y Pamplona.  Imprenta Departamental. Tunja 1948.  Visitador Juan de Villabona y Zubiaurre. Pág. 145-166-170.

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