Cotrans, toda una historia de cooperativismo y solidaridad, que se destruye con el tiempo

El 5 de julio de 1965 se creó, bajo escritura pública número 498 de la Notaría Segunda, la Cooperativa Autotransportes Ltda., COTRANS, con una participación de 72 asociados.

Por Rubén Darío Rodríguez López

Chicamocha News – 20 de julio de 2021

En una columna que escribí el pasado mes de marzo, detallaba como la Carretera Central del Norte, o panamericana o bolivariana, como se le conocía para esa época, se empezó a construir hacia el año 1905, llegando a la hermana ciudad de Soatá en 1916 y once años más tarde en 1.927 se conectó hasta el puente La Palmera en Capitanejo y posteriormente, ya en 1940, fue construida hasta Málaga y ahí años más tarde se conectó con las ciudades de Pamplona y Cúcuta.

En virtud de este avance de conectividad por vía terrestre, entre Bogotá y Caracas, y ante el gran momento histórico de la agroindustria del trigo que tenía Málaga y la región de Silos, Chitagá y Pamplona, el señor Roberto Pérez Camargo, también perteneciente al gremio triguero, fundó en el año 1938 la primera importadora de vehículos FORD, a la que se le dio el nombre de R.A. PEREZ E HIJOS LTDA, AUTOMOTORES COLOMBIA, AUCOL,  la cual fue instalada, precisamente diagonal a donde hoy funciona el terminal de transportes COTRANS, en las instalaciones que comúnmente conocemos como “LA FORD”.

Con el auge y la facilidad de la importación de vehículos hasta la ciudad de Málaga, algunas familias y personajes emprendedores de la época resolvieron crear una empresa de transporte terrestre, denominada AUTOTRANS, bajo el liderazgo de personas como don Manuel Anaya y Simón González Reyes.

El 5 de julio de 1965 se creó bajo escritura pública número 498 de la Notaría Segunda, la Cooperativa Autotransportes Ltda., COTRANS, con una participación de 72 asociados, habiéndose nombrado como primer Gerente, al señor Luis Martín Jurado, a Alfonso Rojas como Tesorero y al señor Eliseo Meza como Auditor. Ya en 1981 se le cambió el nombre por el de COOPERATIVA DE TRANSPORTADORES LTDA, COTRANS, siendo Gerente el señor Luis Antonio Campos Archila y finalmente, para el año 1.994, bajo la gerencia de Eustoquio Rodríguez Guecha (mi señor Padre), se le dio el nombre que conserva hasta la fecha como COOPERATIVA DE TRANSPORTES COTRANS. Todos los anteriores gerentes tuvieron una particularidad, fueron gestores de su propia empresa, empezaron siendo ayudantes, conductores, se convirtieron en asociados y debido a toda una escuela y una filosofía de cooperativismo que reinaba en COTRANS, pudieron llegar a ser gerentes de esa empresa, en la que ellos aprendieron a manejar, a administrar y a conducirla como una de las empresas más grandes y tradicionales del Oriente colombiano y nunca fueron reelegidos para dos períodos consecutivos.

Su tradición cooperativa hizo que muchas familias pudieran hacer ese recorrido durante varias generaciones, sus hijos, primos, nietos, sobrinos, conservaron su trabajo y su participación, durante los primeros 30 años de existencia, algunos lo hacían como conductores, otros como ayudantes y muchos con esfuerzo y dedicación se convirtieron en propietarios, a punta de créditos y fondos solidarios y muchos otros tuvieron la oportunidad de ser miembros del Consejo Directivo, de la Junta de Vigilancia y de los organismos de solidaridad que la cooperativa les obligaba a crear para mantener su espíritu solidario, su familiaridad y, sobretodo, el amor por su propia empresa.  

Por esta empresa han pasado familias enteras durante dos o más generaciones, y se construyeron muchas amistades, pero, sobre todo, una hermandad de malagueños  y rovirenses que se reconocían más por sus apodos o sobrenombres que por sus nombres propios, como; los Roa, en cabeza de don Pachito y Agapito Roa y sus hijos Francisco “chato”, William “parrita”, Carlos, Adolfo, Hernando “telero”, Álvaro “chicharrón”, Fabio “pato”, Nelson “pirata”; los Rodríguez, Carlos, Luis Enrique y Eustoquio  y sus hijos Carlos, Luis “pote”, Oscar “piripipí”, Jaime “mitigal”, Edgar “pelusa” y Héctor “taladro”; los González, don Rodolfo y su impecable y reconocida Secretaria, la Señorita Leonor González;  don Humberto Mancera y don Isidoro Zambrano del municipio de Cerrito, Raúl y Felipe Espinel, Euclides Maldonado, Isidoro Barajas y sus hijos; los Suarez de San José de Miranda en cabeza de Juan “Tarzán”, Francisco “chicote”; don Rafael Carrillo e hijos “los pispuntes”; don Pedro Flórez y sus hijos “patepalos”, posteriormente Antonio Pinto “calzoncillos”, Pedro Nel Duarte “rampuche” y muchos más que por cuestiones de espacio no alcanzo a nombrar, y por lo que les ofrezco mis disculpas.

Todos ellos y los que actualmente están en la empresa, hacen parte de una historia de logros, de fracasos, de quiebras, de endeudamientos, de sufrimientos, pero también de subsistencia y resistencia. A muchas de estas personas las obligaron a salir de Málaga en la época de violencia, dejando atrás toda una vida de trabajo duro, de constancia y de sacrificio.

Conozco de primera mano la historia de COTRANS, mi señor padre tuvo la oportunidad de ser Gerente de esta empresa de entrañas malagueñas y rovirenses, durante tres periodos, en diferentes épocas de su vida y durante las cuales tuve la oportunidad de involucrarme indirectamente, ya que era mi costumbre ir detrás de mi padre a todas partes, inclusive a sus jornadas laborales de oficina, desde donde pude entender el sentido de palabras como honestidad, principios morales, cooperativismo, respeto a elegir y ser elegido, democracia y oportunidad, fui ayudante de bus, fui chofer de UAZ, en la ruta Málaga-Miranda y viví junto a muchas personas todos estos procesos.

Hoy, COTRANS atraviesa una de sus peores crisis económicas, pero también la peor crisis democrática de su historia. Los organismos cooperativos vienen siendo manoseados, manipulados, pero sobretodo desconocidos, por un estilo gerencial autoritario, impositivo y con presuntas denuncias de irregularidades y malos manejos, en complicidad con algunos asociados, una grave crisis institucional, ya que tiene dos gerentes y dos consejos Directivos.

Es importante recordar que en una cooperativa existen asociados y su naturaleza es que nadie es más que nadie, por más aportes o acciones que adquiera para su vinculación como tal, a diferencia de una sociedad, ya sea limitada o simplificada o anónima que usted compra unas acciones y puede ser dueño de la mayoría de las acciones y eso le permite dominar la empresa como se le venga en gana. 

En estas empresas cooperativas persiste la democracia. Y es que un asociado puede tener muchos buses o taxis, pero solamente tiene derecho a un voto en la Asamblea general de asociados que es la máxima autoridad cooperativa y le sigue el Consejo Directivo y la Junta de Vigilancia y el gerente que es solamente un empleado más de la empresa.

Añoramos que esta empresa que podemos decir es nuestra, es de Málaga, es de la Provincia de García Rovira, pueda volver a tener una democracia sana, unos órganos de administración autónomos y sobretodo, que se respete el trabajo digno, honesto y humilde de muchas familias de Málaga y la región, que generación tras generación han dependido y dependen totalmente de su existencia para subsistir.

PD. Escribo esta columna en honor a mi señor Padre, Eustoquio Rodríguez Guecha, (qepd) y a muchos asociados de Cotrans que ya no se encuentran con nosotros.

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