Mensaje de Navidad

Este 2022 ha sido un año de retos y dificultades socioeconómicas en Colombia, mostrándonos que los tiempos difíciles posiblemente persistirán, obligados a estar muy alerta frente a las vicisitudes e incertidumbres de recesión.

Por Juan Andrés Suárez Gutiérrez

Dos años han pasado desde el confinamiento por la pandemia del COVID 19 con su consecuente distanciamiento físico y social que marcó un antes y un después en la historia de la humanidad, en el que familiares y amigos dejaron este mundo, debido a la gravedad del contagio en sus organismos, pues llegó sin previo aviso y se extendió por el mundo entero como si fuera el juicio final, y aunque la situación hoy es distinta, estamos notando que el riesgo no ha desaparecido y este virus todavía tiene la capacidad de atacarnos y hacernos daño debido a sus múltiples variantes, por tanto debemos seguir cuidándonos y protegiéndonos con la mayor responsabilidad individual y colectiva.

Uno de los mayores logros de la gente, tras la emergencia económica y social, ha sido, sin duda, encarar una reactivación económica con muchas dificultades, recordemos que numerosas personas cerraron sus empresas catapultadas directamente a la quiebra, otros se reinventaron en tiempos de crisis y se adaptaron a las nuevas tecnologías en sus proyectos de emprendimiento e innovación que persistiendo han ido cambiando la forma de vida de esta sociedad en todo aspecto; siempre con la esperanza, la empatía y las ganas de salir avante, frente a cualquier adversidad de la vida, siendo esa resiliencia la mayor de las virtudes de nosotros los colombianos.

Este 2022 ha sido un año de retos y dificultades socioeconómicas en Colombia, mostrándonos que los tiempos difíciles posiblemente persistirán, obligados a estar muy alerta frente a las vicisitudes e incertidumbres de recesión, que terminará afectándonos una vez más, lo que nos lleva a pensar ¿Qué debemos hacer? ¿Esperar que las cosas se resuelvan por sí solas? ¿Ser Pesimistas? ¿Salir del país y buscar nuevos Horizontes? Yo creería, que No. Por el contrario, debemos asumir la responsabilidad social y generar confianza para aportar iniciativas de cambio que beneficien lo nuestro y del entorno público, siempre teniendo claro nuestros objetivos como ciudadanos de una comunidad que quiere progresar con ideas visionarias y oportunidades que orienten una verdadera transformación; pues el saber nos da certeza, asentada en hechos históricos ¡Somos quienes trazamos el rumbo de esta gran Nación, bien sea de progreso o de desastre, ruina y desolación!

Todos deseamos progreso y prosperidad en nuestras vidas, y en esa tarea tiene un papel preponderante las instituciones públicas, administradas por quienes elegimos como gobernantes, que deben tener siempre presente los intereses generales sobre los particulares, escuchando sus inquietudes y preocupaciones para planificar y generar soluciones efectivas y prioritarias que beneficien al conglomerado social, con un norte ético y de respeto mutuo, dirigiendo con principios de efectividad el gasto público y cero tolerancia con la corrupción e impunidad, bajo la mirada y el imperativo poder ciudadano que constitucionalmente nos corresponde y del cual nos debemos apropiar con responsabilidad, en ejercicio de nuestros derechos, deberes y obligaciones.

Todo esto me lleva a advertir que la institucionalidad en este país se debe fortalecer cada día para generar confianza y entendimiento entre los ciudadanos, dejar a un lado las divisiones y diferencias de opinión que siempre impedirán una estabilidad social y económica, razones suficientes para reorientar el servicio y la función pública como estado social de derecho y despliegue mayor asistencia y tranquilidad a nuestro pueblo.

Sin duda alguna, todo será momentáneo, entender que todo tiene una solución, una fecha de expiración y una enseñanza, es parte del éxito, en el que los momentos de reflexión son necesarios para madurar, superar etapas, pensar en grande y en lo que somos capaces de hacer con una buena dosis de actitud y carácter; valores que debemos avivar en estas celebraciones que iniciaron el pasado 7 de diciembre con el día de las velitas, creciendo espiritualmente con la novena de aguinaldos alrededor del árbol de navidad o del pesebre, como una tradición católica, disfrutar de un encuentro fraternal e inolvidable en la cena de navidad, y vivir con alegría y mucho entusiasmo el recibimiento del nuevo año, acompañado del folclor y la cultura que en cada región colombiana se conserva aún.

Sin extenderme más, quiero decirles que estos días de buenas fiestas hay gente que integra nuestra fuerza pública trabajando por nuestra seguridad y bienestar, personal de la salud que velan por la vida de las personas, trabajadores que nos garantizan los servicios públicos domiciliarios y de transporte público para acercarnos en estas fechas con nuestros seres queridos, quienes merecen todo nuestro reconocimiento.

Gracias por su atención; con el mayor respeto y la alegría de la ocasión, junto con mi familia, mi esposa y mis hijas, deseamos que pasen todos una FELIZ NAVIDAD 2022 y que tengan un PRÓSPERO AÑO NUEVO 2023.

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