Aprovechando la venida
del señor presidente de la Republica, Dr. Gustavo Petro, este 3 de febrero de
2023, a dialogar con la población que habita el páramo del Almorzadero, quiero
pasar por la osadía, de manera personal, de proponerle que no se limite en su
visita a hablar sólo de este tema tan sensible ambiental y socialmente, sino que
se aproveche para que haga un “PACTO
HISTÓRICO” con la provincia de García Rovira.
Mi osadía empieza por
saltarme la intervención de los Alcaldes de la provincia, que muy seguramente
estarán atentos a participar, con una lista interminable de solicitudes y
particularidades para cada una de sus comunidades, como ha sucedido en otras
oportunidades que se ha contado con la presencia de un Presidente de la República
en la Región, y que no pasan de solicitar un docente para una escuela, un
médico rural, una ambulancia o, en el mejor de los casos, un polideportivo o
más plata para la vía Málaga-Curos.
Empiezo por
contextualizarlo con una pequeña caracterización general de la región. García
Rovira como provincia, está conformada por 12 municipios, con una población
aproximada de 75.000 habitantes (DANE-2020), que corresponde al 3.4% de la
población del departamento de Santander. Su extensión total es de 269.200 hectáreas,
de las cuales 107.000 se encuentran delimitadas dentro del complejo del páramo
del Almorzadero, lo que corresponde al 40% del total de la provincia. De estas
269.200 hectáreas, solamente 42.500 (16%) tienen vocación agrícola, 75.000 (28%),
tienen vocación agroforestal, 30.000 (11%) tienen vocación forestal y 121.500
(45%) deben protegerse o conservarse como bosques naturales.
Las actividades
económicas de la provincia se enmarcan dentro de una importante actividad
agrícola, más a nivel campesino que comercial, un mediano y creciente sector
ganadero, una industria apenas notoria y un pequeño pero significativo aumento
de comercio y los servicios. Esta producción tiene lugar en unidades pequeñas
de producción (1 a 6 Has, promedio), en las cuales tienen lugar una o varias
actividades agropecuarias y otras complementarias (agrícolas, pecuarias,
forestales, avícolas, agroindustriales artesanales, etc.). El campesino no
cuenta con altos recursos económicos para tecnificar sus cultivos y así generar
ingresos significativos al PIB de la subregión.
García Rovira se ha
caracterizado por elevados niveles de pobreza, con un índice de necesidades
básicas insatisfechas superior al 60% y con una población en estado de
postración, marginalidad, desplazamiento y abandono. La condición minifundista
de la gran mayoría de las familias campesinas obliga a que alto porcentaje de
ellas se organicen económicamente alrededor del autoconsumo. Adicionalmente, la
informalidad de la tierra en la región supera el 57% de predios, lo que hace
más difícil al campesino, poder acceder a instrumentos del Estado o a créditos
agropecuarios que les permitan tecnificar o, al menos garantizar la compra de
los insumos para su sistema de producción y, por último, es importante resaltar
la ausencia de institucionalidad del sector agropecuario en la región, lo que
no le permite acceder a programas institucionales, a asistencia técnica,
extensión agropecuaria, proyectos productivos, etc.
Todas las
características anteriores deberían haber permitido que esta región estuviese
priorizada como una zona PDET, (Los
Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) tienen como
objetivo estabilizar y transformar los territorios más afectados por la
violencia, la pobreza, las economías ilícitas y la debilidad institucional), para
poder acceder a toda esa oferta institucional y programática, pero el hecho de
que en García Rovira no seamos cocaleros, simplemente nos dejó sin ninguna
posibilidad y un ambiente desolador, al que nos tienen acostumbrados los
gobiernos departamentales y nacionales.
Pero mi osadía va más
allá, también me voy a permitir darle a conocer las potencialidades de nuestra
provincia y que, de acuerdo a lo expuesto en su documento “Bases para el plan
de desarrollo, Colombia Potencia Mundial de la Vida”, las condiciones de García
Rovira le permitirían convertirse o proyectarse como una “región piloto” para
la implementación de sus ideales, específicamente en la protección del medio
ambiente, el fortalecimiento de la agricultura familiar y campesina y la
seguridad alimentaria, bajo el contexto expresado en su documento: “los pueblos y las comunidades de las
diferentes subregiones han identificado en los Diálogos Regionales Vinculantes
la necesidad de contar con suelos para la vida, un uso adecuado con vocación
productiva, la democratización del recurso de tierras, vías terciarias, como
soporte del sistema agroalimentario, el desarrollo de proyectos productivos con
asistencia técnica de la nación y la garantía del derecho a la alimentación”.
Así las cosas, señor Presidente, el territorio
de García Rovira se caracteriza por ser variado, diverso y complejo. Se pueden
encontrar pisos térmicos que van desde el cálido, con alturas desde los 100
metros sobre el nivel del mar y temperaturas promedio superiores a 28° C, hasta
el páramo alto con alturas alrededor de los 4000 metros sobre el nivel del mar.
García Rovira está ubicada entre
el páramo del Almorzadero y el cañón del Chicamocha, dos parques naturales que
le permiten vislumbrar un futuro a través del ecoturismo, el agroturismo, la
ruta del paisaje, los deportes de aventura, el montañismo, con una oferta
gastronómica espectacular, con una rica e inmensa historia de su participación
como región en la gesta libertadora, la guerra de los mil días, el paso del
Libertador, etc., que nos invita a soñar en volver a ser esa región pujante,
donde se fundó la primera hidroeléctrica del departamento de Santander, donde
se producía trigo y cebada de las mejores calidades, existían 3 molineras,
donde existió uno de los primeros hoteles cinco estrellas, sitio obligatorio de
descanso de todas las personalidades que tenían que transitar entre Bogotá y
Caracas.
Cuente con 121.000 hectáreas para establecer un
modelo de protección ambiental con participación de los campesinos colonos, que
han cuidado el agua durante toda su vida, cuente con 75.000 has para programas
agroforestales, promoción de la ganadería silvopastoril, agricultura orgánica,
30.000 Has para reforestación, formación de empresas madereras, producción y
venta de CO2, invite a grandes empresas a invertir sus compensaciones
ambientales en esta región, apoyado por la seccional de la UIS y finalmente, destine
recursos dentro de este modelo piloto, para la formalización de los predios de
los pequeños productores.
La provincia necesita urgentemente, dar
alternativas a la problemática de la comunicación terrestre con la capital del
departamento, la vía Málaga-curos, por mandato legal debe ser pavimentada, pero
esta vía no es solución definitiva, se necesita ayudar a los alcaldes a
encontrar otra salida, la provincia necesita un aeródromo o aeropuerto mejor
ubicado, el que hay, está dentro de la ciudad de Málaga y es de alto
riesgo. Se necesitan plantas de
beneficio animal con cumplimiento de normatividad vigente para el sacrificio de
ganado vacuno, ovino y caprino, se necesita asistencia técnica agropecuaria
permanente, fomento de sistemas de riego, declare la región como una zona
especial para la seguridad alimentaria, y, por último, para potencializar el
agroturismo, apoye la formulación y financiación de un plan turístico regional a
través del SENA- CATA.
Ud, señor presidente, ha dado un
paso importante para la región, al reestablecer el comercio con el vecino país
de Venezuela, lo invito a que le permita a García Rovira, tener una oportunidad
para poder aprovechar el mercado de la frontera y poder convertirnos en el
sitio turístico natural internacional y en la despensa agropecuaria de la zona
fronteriza. Haga ese “pacto histórico”,
haga historia con esta región, a la que le han incumplido centenares de pactos,
acuerdos y promesas.