Opinión: Coronavirus y García Rovira: ¿qué hacer?


Es el momento de fortalecer la producción agropecuaria en Colombia

Por Miguel Ángel Blanco Alvarado – Chicamocha News

miguelblanco990@gmail.com

Mucho se ha oído del COVID-19 (Corona Virus Disease-2019), un virus que se originó en China y que posteriormente se esparció por el mundo, y que ahora está causando un caos nunca imaginado. Debido a la alta transmisibilidad del virus, los gobiernos de todo el mundo, en especial el gobierno colombiano, han decidido aplicar medidas restrictivas en la movilización y flujo de personas. Lo anterior con el fin de frenar la transmisión del virus y evitar que los sistemas de salud colapsen y que las muertes humanas sean incoercibles.

Ciertamente, las restricciones impuestas nos afectan directamente a todos y tiene implicaciones a nivel económico, social, cultural, familiar, entre otros. Aunque hay un registro de los efectos que tienen estas medidas de cuarentena, muy poca gente habla de las afectaciones a nivel regional, esas zonas que no son Bogotá, ni capitales departamentales. Y precisamente eso pasa en Málaga, García Rovira y las demás provincias, en donde no se tienen datos suficientes o no son usados para tomar decisiones y medidas basadas en evidencia, que ayuden a mitigar los efectos no deseados de las restricciones impuestas para luchar contra el COVID-19. Según pronósticos académicas y otros, provenientes de instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS), las medidas para luchar contra la pandemia se pueden extender hasta 2022 o incluso hasta 2025.

Dado lo anterior, los gobiernos locales, en conjunto con la ciudadanía, deben mirar la evidencia para mejorar las decisiones que se toman, pues, si bien la prioridad es evitar nuevos contagios, también es importante que la población pueda comer y subsistir. Para ilustrar lo anterior y empezar a plantear soluciones, se puede poner sobre la mesa la economía malagueña. Un mercado con fuerte componente comercial, que representa más del 80% de la empleabilidad de este municipio, seguido por la industria y en un pequeño porcentaje, menos del 2%, por productores campesinos.

Por lo tanto, las medidas a plantearse por el gobierno local y grupos de interés, deben estar encaminadas a tratar de preservar el flujo comercial en lo posible y apoyar a los demás sectores para que la producción siga y no se presente desabastecimiento. Cabe aclarar que, tratar de mitigar el impacto económico no implica exponer a los ciudadanos a un posible contagio.

Entre las ideas que vienen a mi cabeza de, cómo mantener la economía, voy a exponer dos:

La primera es hacer uso de las tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC´s) para promover el comercio de bienes y servicios, ya que en nuestra región los usos de estas herramientas son subutilizados. Aun así, implementar una aplicación o página web que permita el comercio rápido no tendría mayor impacto si no se hace la adecuada divulgación. También se hace necesario brindar formación en el uso de herramienta para toda la población y hay que tener en cuenta el acceso y la cobertura que esto pueda representar en nuestras comunidades.

Como segunda opción, está el seguimiento y acompañamiento de los pocos productores de bienes. En estos momentos es de vital importancia que los campesinos tengan incentivos para la producción de alimentos. Pero no sólo crear y brindar esos incentivos, sino que se debe generar acompañamiento integral que permita el buen desarrollo de sus procesos productivos, como lo son los cultivos, la ganadería, las granjas avícolas, etc. Hay que empoderar a estos sectores, y esto se logra a través de la generación de conciencia del rol fundamental que cumplen en la sociedad, y asistir sus proyectos productivos desde diferentes ángulos.

Para resumir, a pesar de que existan limitaciones como falta de datos o falta de conciencia con respecto a la región, se puede mejorar el manejo que se está dando a esta situación. Por lo tanto, se pueden aplicar medidas como las mencionadas para mitigar el impacto social, económico, cultural y laboral de la crisis. De la misma forma, es de suma importancia resaltar que el resultado final de esta crisis depende de la participación de todos los actores de la sociedad. Es por esto que, para cerrar este artículo, me gustaría hacer un llamado a la organización de colectivos ciudadanos, que a través de su profesión y sus conocimientos puedan aportar ideas y soluciones a todos los efectos negativos que está dejando este virus.

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