“No hay mejor cristiano… que un político en campaña…”
“¡Virgen Santa de allá!,
de ese pueblo
donde hacen esos
tiestesitos tan bonitos
¡Sálvanos!”
Virgen del Rosario, Virgen de Tutazá, Virgen de los
Tiestesitos
“Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar
Ponte y Palacios Blanco”
25 de julio de 1.819
La guerra es eso, la descomposición del ser humano; razón
por la cual no le veo límites; casi al igual que algunas formas de hacer
política electoral o electorera, para ser más exactos, se acude a lo que sea. En
esta región acostumbran a invocar a los niños, la cultura, la recreación, el
deporte y el turismo; hay quienes han tratado por los ejes ambientales, y
recientemente se están poniendo de moda las protestas… vemos cómo, quienes han
estado callados por tres (3) años, ahora protestan por las vías, los servicios
escolares, por la minería, por la atención a la tercera edad, y por cualquier
otra cosa que les dé protagonismo… recordemos lo que pasó el 3 de febrero de 2023,
mejor dicho, cuando no pasó nada.
El tiempo nos ha permitido identificar cómo se acude a la
Fe en momentos difíciles, no solo del ser humano, también del acontecer
sociopolítico de un país, de un territorio...
Durante las batallas de la independencia, el General Simón
José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte y Palacios Blanco, acudió a
la “Virgen del Rosario, Virgen de Tutazá, Virgen de los Tiestesitos”, en
momentos de angustia e incertidumbre, hecho que vale la pena recordar en
nuestro Chicamocha Medio.
Igualmente,
el General José Rafael Ramón Eufrasio de Jesús González Valencia, según narra Oscar
Alarcón Núñez, invocó a la Fe y por qué no a Dios, haciendo voto de
castidad a cambio de ser beneficiado por la voluntad Divina en muchas de sus
batallas, aquellas que libraba a finales del siglo XIX, voto de celibato que le
fue levantado en Duitama el 9 de marzo de 1905 por Monseñor Francesco
Ragonezzi, para ese entonces Nuncio de Su Santidad en Colombia; no
gratuitamente, obviamente, a cambio de esta dispensa el General debería, de
forma “voluntaria”, renunciar a la vicepresidencia de Colombia.
Históricamente, la participación en justas políticas ha implicado
los dos lados, tanto los laicos que buscan el apoyo de la Fe católica, como el
propio clero, que, de una u otra manera intervienen, muchas veces como lo hizo
por 1895, en su momento, Monseñor Ezequiel Moreno, hoy referenciado como San
Ezequiel Moreno, quien desde Pasto manifestaba: “ser liberal es un pecado
mortal”; argumento que posiblemente motivó en 1948 al obispo de Santa Rosa
de Osos (Medellín), Miguel Ángel Builes, quien desde su púlpito pregonaba, “matar
liberales no es pecado”.
La resurrección de Cristo está estrechamente ligada a la
celebración de la Pascua, por lo tanto, su fecha rigurosamente debe ser en luna
llena; de ahí que la Semana Santa se celebre algunas ocasiones en marzo y otras
en abril… debo aclarar que esto no le da la razón al título del presente
artículo.
Cada cuatro (4) años tenemos una Semana Santa diferente, sí,
podríamos decir que una “Semana Santa Bisiesta” … “no hay mejor cristiano…
que un político en campaña…”.
En mi pueblo, al igual que en todos los pueblos del Chicamocha
Medio y de Colombia, la época electoral se debate como sea, cualquier rincón es
trinchera… y en este caso, la Fe no es la excepción.
Recuerdo que algún candidato buscó votos acompañando
sepelios, así ni siquiera supiera quién era el difunto… otro candidato señalaba
a su oponente de no ser católico.
Debo aclarar que esto no es estrictamente de la Iglesia
católica, en nuestro país, y debido a la falta de ética y valor ciudadano, se
inventaron eso de pluralismo político, el cual hoy, aparentemente registra algo
más de 30 partidos políticos… o, como lo hemos venido diciendo, parcelas
electorales; algunos grupos religiosos participan más abiertamente en política,
están compuestos por la Fe, un modelo económico, una doctrina política y, en
ocasiones, hasta un brazo armado.
Esta utilización de la figura de Dios, como mecanismo para
parecer mejor persona, hace que esta Semana Santa sea diferente; ya hemos
venido observando cómo ávidamente los viernes en la noche, por las calles de
nuestros pueblos, deambulan fervorosamente candidatos a las alcaldías y
concejos, rotando camándula, en los diferentes viacrucis de la cuaresma.
Este domingo, desafortunadamente con una “palma”
en la mano, harán lo propio durante el periplo del Domingo de Ramos; de ahí en
adelante participarán devotamente en todos los actos religiosos; hay quienes
quisieran que el sermón de las siete (7) palabras tuviera muchas más, para así
poder participar una y otra vez ante tanto votante arrepentido.
El uso de la Fe, ligado a la politiquería, ha tocado las
mentes de muchos sacerdotes, llevándolos a incursionar en la política; algunos
lo han hecho bien, no vamos a negarlo, pero la mayoría entraron a participar en
el negocio electorero, como decíamos en otra ocasión, quién pone la plata
gobierna, con el concebido costo de la inversión.
Tendremos así una semana de recogimiento, para luego
vivir cuatro (4) años de pasión… nuestros ciudadanos se acostumbraron a votar
por algún beneficio individual, e inclusive por cansancio… tanto verle la cara
al mismo candidato lo volvió mecanismo electorero.
Los candidatos buscan un efecto de simonía en la Semana
Santa, así que definamos simonía según la RAE: “la
compra o
venta deliberada de cosas espirituales, como los sacramentos y sacramentales, o
temporales, inseparablemente ajenas a las espirituales, como las prebendas y
beneficios eclesiásticos” ...
Simón
el Mago, (Simón de Gitta), que quiso comprar el poder de San Pedro para
realizar milagros, (Hechos, VIII.18-21).
“Simón,
al ver que el Espíritu Santo venía cuando los apóstoles imponían las manos a la
gente, les ofreció dinero, y les dijo: —Denme también a mí ese poder, para que
aquel a quien yo le imponga las manos reciba igualmente el Espíritu Santo”.
En esa ocasión, Pedro tuvo algo más que Fe… para decir
que no.
Mucho
he repetido, hay que cambiar, “el hacer por hacer, por el saber hacer”.