LO QUE LLEVA EL RIO REVUELTO EN LA RECTA FINAL DE LAS PRESIDENCIALES EN LOS ESTADOS UNIDOS

Por Dr. Antonio Herrera (*)

Dr. Antonio Herrera, Corresponsal Chicamocha News en Estados Unidos

 

Una de las elecciones más turbulentas en la historia de los Estados Unidos esta llegando a su recta final. Dentro de siete días vamos a saber quien es el nuevo amo de la Casa Blanca. Desde las elecciones primarias hasta el próximo 6 de noviembre, todos los eventos de estas presidenciales han sido marcados con epítetos y dinero, como nunca antes. Tienen el carácter de tragicomedia, donde los demócratas, en su campaña electoral, han tildado al candidato republicano Mitt Romney de asesino con Romnesia. De otra parte, los republicanos han definido a Barak Obama como mentiroso, hipócrita e incapaz de haber hecho algo por el país durante 4 años.

El actual proceso electoral, por barato, esta costándole al pueblo americano cerca de 2 billones de dólares. Si solo supiéramos a cuántos pobres y desamparados se les pudiera dar de comer con 2 billones de dólares.

Todo comenzó con las elecciones primarias de agosto, donde los diferentes partidos; demócratas, independientes, republicanos y demás, han elegido a sus candidatos a través de dólares, campañas, convenciones, debates y mucha investigación sobre la vida privada y política de cada uno de sus candidatos. La gran sorpresa y revelación es la información que se hizo pública, de las vidas de estos personajes al país por todos los medios de comunicación habidos y por haber, sin restricción alguna, y presentado todo como la verdad absoluta.

Luego, por elección popular, solo quedaron como ganadores los que habían acumulado más votos y recaudado más fondos. Así quedaron en la reyerta Obama y Romney, quienes se han enganchado en campañas, donde lo más colorido y oscuro, junto a lo sublime y fútil, marcados con tonos de realidad y fantasía, han enmarcado estas presidenciales.

Las campañas continuaron con las convenciones, donde política y jolgorio fueron llevados a su máximum. Los republicanos hicieron sede en la ciudad de Tampa, Florida. Allí presentaron la plataforma del partido que se convirtió en  el derrotero que los mantiene en la contienda. Mitt Romney definió cinco puntos fundamentales  donde el enfoque quedo marcado por la economía, el desempleo, les relaciones exteriores, el presupuesto y la defensa nacional.

Por otra parte, Barak Obama escogió a Charlotte, Carolina del Norte, como el lugar apropiado para la convención demócrata. Allí presento una plataforma con énfasis en la salud pública, el terrorismo, la educación y programas de asistencia social. Lógicamente, ambas plataformas tienen algunos elementos en común, otros diametralmente opuestos y muchos otros únicos de cada uno de los partidos. Durante este periodo, para explicar las plataformas, los candidatos sacaron a relucir sus dotes de oratoria, cargadas de distorsiones, aseveraciones, recriminaciones, realidades y falencias del estado actual de la nación americana. Fue aquí también, donde todos los medios de comunicación, habidos y por haber, encontraron la mina de oro, donde la verdad y la mentira, la realidad y la fantasía, la exactitud de las matemáticas y las discrepancias de las encuestas, se les dio precio y valor con absoluta certeza.  Pero aun, la incertidumbre  de las realidades del país siguen rampantes.

Casos concretos se pudieron ver en algunos artículos de nuestro prestigioso periódico El Tiempo, como también en otros medios de comunicación, nacionales e internacionales. En su columna de octubre 23, Sergio Muñoz Bata, describe los cambios y fluctuaciones de Romney, en su totalidad negativos, con tonos partidistas y muy personales. De otra parte, observamos el artículo de Sergio Gómez Maseri con comentarios equilibrados y un tanto positivos sobre el valor del voto en Estados indecisos que pueden dar el toque definitivo a estas elecciones, donde se esperan cambios radicales de parte de los dos candidatos.

 De todo esto, lo que si sabemos con certeza y descarnada realidad, es que tenemos una deuda de mas de 16 trillones de dólares y a un ritmo de un trillón anual, pagadera por nuestros hijos, nietos y bisnietos; 23 millones de personas sin empleo; 47 millones en programas  sociales de estampillas alimentarias; un presupuesto en rojo, que ni siquiera se ha aprobado en los últimos 4 años de administración; una economía con un índice del 7.8% y por ahí sigue el calvario americano. Pero no todo es infierno, aquí también hay purgatorio y gloria; en grandes avances tecnológicos en los campos de medicina, ingeniería, agricultura, educación y muchos otros, para muchos es todavía la tierra de promisión, la tierra de "milk and honey,"      

Luego de todo esto pasamos al proceso de los debates con diferentes estilos, dándoseles gran importancia y valor político,  identificándolos  como el elemento que puede derrotar o hacer triunfar a un candidato, pero ni lo uno ni lo otro ha tenido lugar. Lo que si se está presenciando es una contienda política demasiado pareja y apretada por todos los ángulos.  Esto se pudo observar en los tres debates de Denver, Colorado, en la Universidad de Denver, en Danville, Kentucky, en el Center College, y en Boca Ratón, Florida, en Lynn University, donde los seguidores de los dos partidos aseguran que su candidato los gano todos, o que perdió dos y gano uno. Todo depende a quien se le pregunte, la verdad es que Obama quedó pulverizado en el primero por Romney, gano el segundo y empataron en el tercero.  Por ahora parece que esta contienda no se va a definir sino hasta el último momento.  Algunas encuestas presentan datos contradictorios, sin llegar a un consenso de quien lleva la delantera o la retaguardia. El Gallup Poll últimamente dio un resultado de 52% Romney y 48% Obama, luego que 54% Romney y 46% Obama; el Rasmussen Poll coloca a los dos candidatos empatados a un 47%, total, amanecerá veremos. 

El historial de estas campañas políticas tienden a demostrar que si el incúmbete va empatado con el retador, el incúmbete tiene grandes posibilidades  de perder la contienda. Hasta el momento parece que Romney lleva una ventaja relativamente minima pero con posibilidades de triunfo. De todas maneras, esperamos que estas elecciones presidenciales no sean una réplica de las del año 2000, donde se presentó una gran confusión en el número de votos, cuando George W. Bush derroto a Al Gore con el voto del Colegio Electoral, aunque Gore ganó el voto popular. Lo peor sería un empate de los dos candidatos, tanto por voto popular como electoral y así tendríamos un presidente republicano, posiblemente Romney y un vicepresidente demócrata, Joe Biden, o lo contrario; Obama presidente y Paul Ryan vicepresidente, todo definido por la Cámara de Representantes o la Corte Suprema de Justicia.

En la historia de la democracia americana hay solo un caso de empate, cuando John Quincy Adams en 1824 fue elegido por la Cámara de Representantes sobre William Crawford y Andrew Jackson. (Jackson ganó la presidencia 4 años más tarde por voto popular y por voto del Colegio Electoral). Hay en total 538 votos electorales de los cuales se necesitan 270 para ganar. Estos votos actualmente están en manos de los Estados indecisos (fluctuantes) como son: Ohio, Florida, Iowa, New Hampshire, Colorado y otros más, donde el ganador se lleva todos los votos, con excepción de Maine y Nebraska que distribuyen los votos de manera proporcional.

Para hacer esta campaña más interesante y el río revuelto que desemboca en la Casa Blanca, se suman dos eventos de gran magnitud, que hasta el momento han interrumpido el proceso de la campaña:  el huracán Sandy y el atentado terrorista en Benghazi.  En ambos casos, los candidatos han suspendido actividades de campaña, para ayudar a millones de damnificados y familias con personas muertas, a causa de uno de los huracanes más devastadores en la historia de los Estados Unidos. Tanto Obama como Romney han dedicado todos los esfuerzos a la ayuda humanitaria. De otra parte, Benghazi sigue al frente de la controversia en la política extranjera en que los republicanos acusan a los demócratas y en especial a Obama de no proteger las emergencias de los diplomáticos y querer encubrir lo inadecuado del proceso.  Estos eventos han dado un giro fundamental a la campaña electoral y va a tener tremenda repercusión en las mesas de votación.

Solo quedan siete días para resolver la situación de la democracia de los Estados Unidos, confiando en que cualquiera que sea el resultado, ya sea demócrata o republicano, redunde en bien del individuo, solucionando las actuales condiciones que se viven y un mejor futuro, no solo para la nación Americana, sino también para la comunidad internacional.

 

(*)  Dr. Antonio Herrera PhD

Profesor Eméritus Grand Valley State University

Grand Rapids, Michigan

Estados Unidos de América

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