"Hace 56 años, un grupo de personas, en lo que suponemos, entre anécdota y anécdota, entre chiste y chiste, así como una que otra cerveza, propusieron la creación de la Cooperativa de Transportes Cotrans".
Chicamocha News
17 de junio de 2021
Pocas veces, alguna persona llama
la atención sobre el actuar de otro, sin pensar en que tuviese o no razón, o
malinterpretara la situación. Resulta interesante encontrar que aún hay
personas que sienten dolor por nuestra Málaga y se atreven a manifestarlo, así
no nos guste, e inclusive, así nos lleven a concluir en múltiples ocasiones que
hemos sido incapaces de hacer lo propio. Pocas personas asumen la defensa de lo
nuestro y cada vez nos acostumbramos a ser indolentes, cómplices y profetas del
pasado, nos empeñamos en usar la célebre frase, ¡había sido…!
Esta reflexión me lleva a
pensar si verdaderamente estamos haciendo lo suficiente y si, lo que estamos
haciendo es lo correcto… siempre hemos necesitado la validación y aprobación
por terceros; tal vez esto es lo que nos mantiene en un estancamiento del
progreso, del verdadero desarrollo social y de la construcción de la región que
nos merecemos.
Volviendo a mirar hacia atrás,
enlazamos en esta ocasión tres historias, de quienes se atrevieron a pensar
nuestro territorio de manera diferente; claro, actuando siempre en beneficio
común, pero también propio.
Retomando a la historiadora
Clara Inés Carreño Tarazona, quien en su trabajo describe la construcción del
camino de García Rovira a Casanare (Estado de Boyacá) y el papel que éste
cumplió en relación con los intercambios económicos y con la conexión entre la
región santandereana y los llanos del Casanare, bajo la tutela del general
Solón Wilches Calderón, promotor de la apertura del camino, así como la
creación de la Sociedad Empresarial del Camino de Herradura de García Rovira a
Casanare. Quizás, entendiendo la importancia de las vías para el desarrollo y
por ende el modelo de transporte, no solo regional sino internacional, dado que
la visión de Wilches llegó a establecer líneas de transporte y comercio hasta
el Golfo de Maracaibo, hemos tenido en cuenta también algunas ocasiones la
importancia de Wilches en el desarrollo de las vías férreas de Santander, no en
vano la consolidación del puerto sobre el río de la Magdalena que todos
conocemos como Puerto Wilches.
De otra parte, la socióloga
Ana María Trujillo describe como, por la misma época, en el corazón del
departamento de Santander, noreste de Colombia, una red de senderos en piedra
serpentea por valles y llanuras, bosques y caseríos, cactus, cabras, tierras
rojas y amarillas a los cuales se les denominó caminos reales o de herradura, que para 1860, en el Estado Soberano
de Santander, construía el empresario alemán Geo Von Lengerke, hoy patrimonio
cultural, histórico, arqueológico y turístico de Santander. Curiosamente,
buscando el intercambio económico, social y cultural de la región santandereana
con el mundo, igualmente basado sobre el criterio del transporte.
Quizás, estas gestas heroicas de ilustres hombres, que pensaron en el desarrollo del comercio y en la generación de riqueza para el bienestar de los santandereanos, no está lejana a lo que plantearon hace 56 años un grupo de personas, que entendieron la necesidad de las comunicaciones terrestres de manera organizada, rentable y sostenible, bajo el modelo cooperativista, que en ese momento transformaba la economía nacional, después de los sucesos de 1948 que sumieron al país en uno de los tantos conflictos políticos; y en lo que suponemos, entre anécdota y anécdota, chiste y chiste, así como una que otra cerveza, propusieron la creación de la Cooperativa de Transportes Cotrans, hoy una empresa de transporte de pasajeros y encomiendas que opera en Santander, Norte de Santander, Bogotá y Cundinamarca; creada en 1965 en Málaga, capital de la Provincia de García Rovira, Santander. Sus destinos más frecuentes son Málaga, Cúcuta, Bucaramanga y Bogotá; con cerca de 250.000 despachos anuales, y que, en su capacidad, moviliza a millones de pasajeros en sus diferentes servicios, se convierte en la empresa privada de mayor representatividad, no solo para Málaga, sino para la provincia de García Rovira.
Un proceso igual de heroico
que las ideas de Wilches y Lengerke, pese a las múltiples críticas,
desaciertos, azares… ha sobrevivido durante más de medio siglo a los avatares
económicos, de violencia y al mal estado de las carreteras. No en vano es la
empresa de mayor presencia en la Transversal del Oriente, o “Vía Curos – Málaga”.
Basta con mirar por el espejo
retrovisor del bus y hacer un recorrido por las caras de sus pasajeros, no solo
son un pasaje más, los conductores de Cotrans van acompañados de aquel muchacho
lleno de ilusiones que se aleja de la región en busca de nuevas oportunidades,
con él llevan sus sueños, deseo de estudio, los sueños de su familia… o basta
con mirar los ojos de aquella mujer que va afanosa a encontrarse con el amor de
su vida, sueña con la construcción de una familia… también lo acompaña esa
persona triste y agobiada que va en busca de un tratamiento médico que le
garantice un bienestar para su salud… en ese mismo bus va la persona que cuenta
los minutos, el pasar de los kilómetros, con los ojos llorosos y las palabras
entrecortadas, porque en su destino lo espera la despedida de un ser querido. Son
muchos los sueños, ilusiones, dolores y angustias que ha transportado Cotrans
en más de medio siglo.
Estas tres historias se unen
hoy, en momentos difíciles para Cotrans, empresa que, sin serlo, la
consideramos nuestra y que se vuelve tendencia en las redes sociales, pero que
también nos lleva a decir lo que sentimos y a manifestarles que son importantes
para nosotros.
Sé que muchos compartimos el
afán por la prevalencia de esta empresa, no concebimos que, si fueron capaces
de transitar durante días y días por caminos intransitables, que fueron capaces
de revivir un 56, un 68, o un 74; que fueron capaces de competir con empresas
de transporte multinacional y sobrevivir a normas y leyes cada vez más exigentes,
hoy no se sobrepongan a las situaciones que los agobian en este momento.
Detrás de todas las angustias
que ha tenido Cotrans, siempre ha estado la alegría y el deseo de echar p’alante…
por qué no recordar, con mucho respeto de mi parte, esa alegría, ilusiones e
irreverencia de “Catire”, “Churrusco”, “Los monos”, “Los Lorenzos”, “Siete
almuerzos”, “Caldo e´moras”, “Tarzán”, “El indio”, y tantos otros que, pese a
sus diferencias, siempre mencionaban con orgullo “La Empresa”.
Ojalá se reconstruya lo destruido, ojalá se concerte lo incontable, Cotrans se llene nuevamente de oportunidades, y volvamos a contar con asombro como “fulanito de tal logró comprar bus, si hasta hace poco era ayudante…”
Siempre, mucho he repetido, “hay que cambiar, el hacer
por hacer, por el saber hacer”.