El daño ambiental fue causado por un campesino con un tractor, para extender sus cultivos de papa y mora. (Fotos suministradas).
Por Lorenzo Lizarazo – Ecolecuá
14 de junio de 2021.
Además
del envenenamiento de cóndores, en esta área protegida continua la tala de
plantas nativas.
La más reciente sucedió en el sitio El Hatico, en la vereda Tulí, jurisdicción del municipio de Cerrito, en límites con Concepción. Cerca de tres hectáreas de frailejones y demás flora nativa fueron arrasadas por un campesino, con un tractor, para extender sus cultivos de papa y mora.
“En
el momento de la visita técnica estaban cultivando mora, pero en ese lugar se veían
cultivos de papa”, dijo a Ecolecuá el Ingeniero forestal Iván Rodríguez Niño,
técnico de la Corporación Autónoma de Santander, CAS.
El
funcionario verificó el daño ambiental en visita que practicó el 31 de mayo,
atendiendo una queja anónima.
Aclaró
que esta es una práctica común en la zona de páramo: “Arrasan con todo lo que
hay ahí. Se han tractorado zonas aledañas en ese sector”.
El
coordinador de la CAS en la Regional García Rovira, Jairo Rincón Hernández,
agregó a Ecolecuá que, además de la destrucción a la flora nativa, hay un
impacto ambiental negativo con el uso de agroquímicos, especialmente en los
cultivos de papa.
También han atentado contra los cóndores
Pero
esta no es la única práctica que está poniendo en riesgo el ecosistema del
páramo Almorzadero. La cría de ovejas y cabras ha provocado un conflicto entre
campesinos y la fauna silvestre que se creía superado en 2014.
Entre
el 30 de mayo y el primero de junio pasado, fueron hallados tres cóndores
intoxicados, al parecer con carroña envenenada, en el municipio de Cerrito, en
los sectores Siote, Sensalí y Mortiño, en las veredas Tinagá, Platera Baja y
Boyagá, respectivamente.
En
total, seis cóndores han sido envenenados en ese ecosistema estratégico entre
2006 y 2021 y uno más fue hallado muerto con esquirlas en una de sus alas el 23
de febrero de 2019, en el sector de Mortiño.