Saludos desde las montañas de Perú

Entrevista de Pacelli Torres Valderrama
Corresponsal Chicamocha News en Europa
Octubre de 2021

En nuestra serie de reportajes Saludos desde… destacamos los logros de estudiantes de la cuenca del Chicamocha que nos ofrecen una visión nueva desde más allá de las fronteras de nuestro país. Nuestro invitado en esta ocasión es el ingeniero Pedro Pablo Pico Velandia, y esta es su historia:

Dos facetas han marcado mi vida, la de aventurero y la de ingeniero. La primera se la debo al hecho de haber nacido y crecido en una de las zonas más pintorescas de Colombia, soy Cocuyano, este es el gentilicio para los nacidos en El Cocuy (Boyacá). La segunda está estrechamente relacionada con la primera. Fue el amor por las montañas lo que me llevó a cursar una Maestría en Geotecnia en la Universidad Industrial de Santander. Previamente había realizado estudios de Ingeniería Civil, los primeros semestres en la UIS sede Málaga, y la culminación en Bucaramanga.

Gracias a estas dos pasiones he tenido oportunidad de recorrer los parques nevados más importantes de nuestro país y de escalar el pico más alto de Ecuador, el volcán Chimborazo, con 6300 metros sobre el nivel del mar (msnm), así como el Cotopaxi (5897 msnm), también en el vecino país. Del Chimborazo se dice que, si la altura de las montañas se midiera desde el centro de la Tierra, y no desde el nivel del mar como se hace, el Chimborazo sería la montaña más alta del mundo.


Mi viaje más reciente fue a Perú. Existen allí dos cordilleras separadas por un río llamado Santa, la una se conoce como Cordillera Blanca pues sus picos están cubiertos por nieve, y la otra como Cordillera Negra, que por estar en el lado de la costa y recibir las corrientes de aire cálido carece de ella. Mi objetivo principal era alcanzar las cimas de los nevados Pisco (5.752 msnm) y Huarapasca, 5.410 (msnm), ambos en la Cordillera Blanca.

Colateralmente tuve oportunidad de viajar al sur y visitar Cusco, una ciudad llena de historia Inca y colonial, al igual que otros sitios cercanos como el Valle Sagrado, Maras Moray y por supuesto, Machu Picchu. En el sur hay otros nevados de gran belleza como el Humantay, el Salkantay o el Ausangate.

Pero volviendo a la escalada, antes del ascenso es, no sólo recomendable, sino obligatorio, realizar ejercicios de aclimatación, pues el cuerpo puede presentar fallas debido a las bajas presiones atmosféricas y las bajas temperaturas. Para esto, con el grupo de colombianos montañistas que hacían parte de la expedición, realizamos visitas a la laguna Parón, al Glaciar Pastoruri y a la laguna Churup.

La cima del Pisco nos tomó unas siete horas, caminando sobre morrenas, algunas escaladas cortas, zonas expuestas a caídas de bloques de hielo, pasos sobre hielo fracturado y algunas grietas. Salimos del refugio base a las once de la noche, y llegamos a la cima justo a tiempo para contemplar la salida del sol, ha sido el mejor amanecer que he visto en mi vida. En el recorrido encontramos grupos de escaladores de todas partes del mundo.

Alcanzar la cima del Huarapasca nos tomó menos tiempo, unas cuatro horas, pero incluyó escalada técnica sobre paredes de hielo y nieve densa que alcanza los 65⁰ de inclinación, lo cual demanda gran concentración y coordinación, fue una experiencia agotadora, pero a la vez emocionante.

Durante mi recorrido por el sur del país, me impresionó mucho el trasfondo histórico y espiritual de los sitios que visité, en todos ellos se siente una energía positiva, especialmente en las ciudadelas. Pero, sobre todo, uno no puede más que maravillarse ante el gran nivel ingenieril y arquitectónico de los Incas y las culturas que les precedieron.

Perú es un país sorprendente, y cuenta con una muy buena organización turística. Hay muchas facilidades para conseguir paquetes turísticos, pasadías o tours. En ese sentido, en Colombia estamos un poco retrasados, aunque el potencial existe. Sin ir más lejos, lugares como el Páramo del Almorzadero, Santurbán, Cañón del Chicamocha y el nevado de El Cocuy, ofrecen múltiples opciones para un turismo sustentable bien manejado.

En cuanto a mis planes futuros, a corto plazo espero realizar visitas a otros glaciares Andinos como el pico Illimani en Bolivia y realizar estudios más profundos de geotecnia en el exterior. A mediano plazo, realizar visitas a otras montañas como el Aconcagua en Argentina. Este es el pico más alto del continente americano, y, de hecho, la mayor altura fuera de Asia. También quisiera visitar el Kilimanjaro, la montaña más alta de África. Además, entre mis aspiraciones figura compartir mis experiencias en las montañas mediante un libro fotográfico.

El montañismo nos enseña muchas cosas, en mi caso, he aprendido a ver la vida desde una perspectiva más libre. Creo que el éxito en el vivir consiste en tomar la vida como una aventura y no está nada mal mezclarle, de vez en cuando, un poco de locura.

La libertad no tiene precio, ningún bien material puede compararse con ella, aunque al respecto, me permito resaltar una frase del profesor Pacelli que aparece en su libro Recuentos desde la otra orilla: “La libertad desligada de la responsabilidad sólo puede conducir a la autodestrucción”. En el montañismo, como en la vida, es fácil dar un paso en falso, y debemos siempre medir las consecuencias.

A manera de consejo para las nuevas generaciones, les diría que hay que aprender a necesitar menos y a vivir con más firmeza, conscientes de nuestras fortalezas, construyendo sobre lo que somos. La vida, como el montañismo, nos presenta retos, pero también satisfacciones inesperadas, hay que estar siempre atentos a ellas, pues, a menudo, dejarlas pasar de largo es lo que le resta sentido a la existencia.

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