Por: William de Jesús Vélez Ruíz [WilliVeR]
Publicado el: [02 noviembre de 2025]
📰El mandamiento “No matarás” ha sido interpretado durante siglos como una prohibición absoluta. Sin embargo, un análisis del texto hebreo original revela que la palabra usada no significa “matar”, sino “asesinar”. Este artículo explica la diferencia lingüística y teológica detrás del mandamiento, y cómo su correcta interpretación protege el valor sagrado de la vida humana.
Uno de los textos más conocidos de la Biblia dice con firmeza:
“No matarás” (Éxodo 20:13)
Pero muchos lectores se han preguntado cómo conciliar este mandamiento con otros pasajes donde Dios ordena guerras o juicios contra pueblos enteros. ¿Contradice Dios su propia ley? ¿O ha habido una mala interpretación a lo largo del tiempo?
La respuesta está en una sola palabra: ratzach.
🔹 El hebreo original: “Lo tirtsach”
En el texto original hebreo, el mandamiento se lee:
לֹא תִּרְצָח (Lo tirtsach)
El término “ratzach” no se usa para todo tipo de muerte. Significa “asesinar”, es decir, quitar la vida de forma deliberada, injusta o con mala intención.
Por otro lado, la Biblia hebrea utiliza otra palabra distinta, “harag”, cuando se refiere a matar en guerra, en defensa propia o al ejecutar justicia.
Esto demuestra que el mandamiento no condena toda forma de quitar la vida, sino el homicidio injustificado.
🔹 El error de traducción que cambió todo
Durante el siglo IV, San Jerónimo tradujo la Biblia al latín en la versión conocida como la Vulgata. Allí escribió:
“Non occides”
que se traduce literalmente como “no matarás”. Esa traducción se difundió en toda Europa y pasó a las primeras versiones en español, generando una comprensión más amplia de lo que el texto original quería decir.
Las traducciones modernas —como la Reina-Valera Contemporánea y la Biblia de las Américas— han corregido el error y ahora traducen con precisión:
“No asesinarás.”
🔹 Dios, la justicia y la vida
Cuando Dios ordenaba a Israel combatir o ejecutar juicio, esos actos no se consideraban homicidios personales, sino acciones judiciales dentro del plan divino.
La diferencia está en la intención: el asesinato nace del odio o la codicia; el juicio divino, según la teología hebrea, proviene de la justicia de Dios.
El propósito del sexto mandamiento es proteger la vida humana, no regular las guerras o la justicia penal. Dios deja claro que la vida es sagrada y que ningún ser humano tiene derecho a quitarla por motivos egoístas o violentos.
🔹 Un mensaje vigente en tiempos modernos
Más allá de las diferencias lingüísticas, el mensaje central sigue siendo el mismo: La vida humana es sagrada.
El mandamiento “No asesinarás” nos invita no solo a respetar la vida física, sino también a cultivar la paz interior, evitar el odio, el rencor y cualquier deseo de venganza.
Jesús amplió este principio en el Sermón del Monte, enseñando que incluso la ira y el desprecio hacia otro ser humano son formas de violencia moral.
Por eso, comprender correctamente este mandamiento no solo resuelve un debate antiguo, sino que renueva nuestra responsabilidad moral y espiritual en el presente.
✝️ Conclusión
El mandamiento “No asesinarás” no es una simple norma legal, sino una declaración divina sobre el valor de la vida. Dios no se contradice: Él prohíbe el asesinato injusto, pero mantiene su soberanía sobre la vida y la justicia.
Este entendimiento nos invita a construir una cultura de respeto, perdón y reconciliación, donde la vida de cada ser humano —creado a imagen de Dios— sea protegida y valorada.
“Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.”
— Mateo 5:9
Autor: William de Jesús Vélez Ruíz [WilliVeR]
Categoría: Fe y Teología
Créditos: La Promesa Diaria Publicación adaptada para medios digitales.


 
