No eres lo que hiciste: Eres quien Dios dice que eres

“Liberado de la vergüenza”

Salmo 119:80“Sea íntegro mi corazón en Tus estatutos, Para que yo no sea avergonzado.”

Cuando el salmista declara: “Sea íntegro mi corazón en Tus estatutos”, está revelando algo profundo: la vergüenza no solo se experimenta por lo que hacemos, sino también por lo que permitimos que gobierne nuestro corazón.

La vergüenza es una carga pesada. Te hace sentir pequeño, indigno y sin valor. Es una voz que susurra: “No eres suficiente. Fallaste. No tienes perdón.” Pero escucha esto: esa voz no proviene de Dios.

La Biblia nos recuerda quién es el verdadero autor de la vergüenza y la acusación:

“El acusador de nuestros hermanos… fue lanzado fuera.” (Apocalipsis 12:10)

Significa que el enemigo intenta recordarte tu pasado, señalar tus errores y hundirte en culpa. Pero Cristo ya triunfó sobre él. La vergüenza fue derrotada en la cruz.

Cuando la Palabra entra, la vergüenza sale

Los estatutos de Dios no fueron dados para limitarte, sino para liberarte.
La obediencia no es una prisión, es protección.

La vergüenza encuentra terreno fértil en el corazón sin dirección, sin verdad, sin fundamento.
Por eso, el Salmo dice: “Sea íntegro mi corazón en Tus estatutos.”
Porque un corazón alineado a la Palabra se mueve con seguridad, claridad y propósito.

Reflexión personal para tu vida

Quizás llevas tiempo luchando con algo que hiciste en el pasado…
Quizás alguien te marcó con palabras hirientes…
Quizás te has sentido menos de lo que Dios dice que tú eres…

Hoy, Dios te dice: “No eres lo que hiciste. No eres lo que te dijeron. Eres lo que Yo digo que eres.”

Y Él dice que eres:

  • Perdonado

  • Amado

  • Restaurado

  • Capacitado

  • Nuevo

Ejemplos aplicables a tu vida diaria

En tu hogar:
Cuando recuerdes errores como padre, madre o pareja, no escuches la voz de la culpa. Levanta una oración sencilla:
“Señor, enséñame a hacerlo mejor hoy.”
La gracia restaura lo que el pasado torció.

En tu trabajo:
Si cometiste un error o te comparas con otros, recuerda: Dios no te mide por desempeño, sino por fidelidad.
Haz lo mejor posible, con integridad, y Su favor se encargará del resto.

Con tus amistades o relaciones:
No permitas que el miedo a ser juzgado o rechazado te aleje de quienes te aman.
Habla con sinceridad… la verdad y la transparencia rompen la vergüenza.

Oración

Señor, limpia mi corazón de toda culpa y vergüenza.
Enséñame a caminar en la verdad de Tu Palabra.
Recuérdame quién soy en Ti: amado, perdonado y libre.
Que mi corazón sea íntegro y firme para que la vergüenza no tenga espacio en mi vida.
Amén.

Tu propósito de vida es: Vivir la Palabra con V de Victoria.
No pelees por liberarte de la vergüenza. Ya fuiste liberado.
Solo camina en esa libertad.

Por: William de Jesús Vélez Ruíz [WilliVeR]

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