“LO ANHELO” – Salmo 119:2
“Dichosos los que obedecen sus leyes y lo buscan de todo corazón.” (Salmo 119:2)
El Salmo 119 es el capítulo más extenso de toda la Biblia, y cada uno de sus versículos está impregnado de un amor profundo por la Palabra de Dios. En este pasaje, el salmista declara que la verdadera dicha o felicidad se encuentra en aquellos que no solo conocen las leyes de Dios, sino que las obedecen y lo buscan con todo su ser.
La palabra hebrea utilizada para “buscar” aquí es darash, que también puede traducirse como anhelar intensamente, consultar diligentemente, o procurar con deseo. No es una búsqueda superficial ni ocasional, sino un deseo ardiente del alma por estar más cerca de Dios.
Este concepto aparece también en otros textos:
-
Jeremías 29:13: “Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.”
-
Salmo 42:1: “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía.”
-
Mateo 5:6: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.”
La búsqueda genuina de Dios es fruto de un anhelo interior, de un deseo profundo que nace en el corazón y transforma la manera en que pensamos, hablamos y vivimos.
💡 Reflexión Motivacional
Anhelar a Dios es más que cumplir con una rutina espiritual; es desarrollar una hambre constante por su presencia.
Cuando una persona tiene hambre, no se conforma con mirar una fotografía de comida. Hace lo necesario para satisfacer ese deseo. De igual manera, cuando el alma tiene hambre de Dios, no se sacia con lo superficial, sino que busca el alimento espiritual en la oración, la adoración y la Palabra.
Así como un antojo físico puede dominar tu mente hasta llevarte a la acción, el anhelo espiritual puede impulsarte a hacer pausas en medio del ruido diario para encontrarte con Dios.
Esa búsqueda te cambia: purifica tus pensamientos, fortalece tu carácter y te da paz en medio de la confusión.
🌱 Ejemplos Aplicables a la Vida Diaria
-
En el hogar:
Cuando anhelas más de Dios, tu manera de tratar a tu familia cambia. Empiezas a tener más paciencia con tus hijos, más comprensión con tu pareja, y más amor en las palabras que usas. Tu hogar se convierte en un reflejo del carácter de Cristo. -
En el trabajo:
En lugar de enfocarte solo en las metas o en los problemas, comienzas a ver tu trabajo como una oportunidad para servir con excelencia. Tu anhelo de agradar a Dios te impulsa a ser íntegro, puntual y agradecido. -
En las amistades:
Tus conversaciones cambian. Dejas de alimentar chismes o críticas, y comienzas a ser un amigo que edifica, que da ánimo, que lleva esperanza. El anhelo de Dios en ti se vuelve contagioso, inspirando a otros a buscar también esa paz interior.
🙏 Mensaje Final
Cuando tu corazón anhela a Dios más que cualquier otra cosa, tus prioridades se ordenan, tus fuerzas se renuevan y tu alma se llena de gozo.
No se trata solo de obedecer una lista de reglas, sino de vivir en una relación viva con Aquel que te dio la vida.
Cuando buscas a Dios con todo tu corazón, no solo lo encuentras a Él… también te encuentras a ti mismo.
✨ Nuestro propósito de vida es: “Vivir la Palabra con V de Victoria.”
Por: William de Jesús Vélez Ruíz [WilliVeR]
El Periódico Web
Periódico Chicamocha News
Internet Para Educar

.gif)
/hotmart/product_pictures/86e2c33c-95f1-419c-b12b-20166a4ba344/GEWEBLogo.png)



