“A LA SOMBRA DEL TODOPODEROSO”
“El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.” — Salmo 91:1
Querido amigo de La Promesa Diaria, este versículo es uno de los más poderosos en toda la Escritura, porque nos revela el secreto de la verdadera seguridad espiritual: habitar en la presencia de Dios. No se trata solo de visitarla los domingos, ni de acudir a ella cuando las cosas se complican. El salmista habla de habitar, de permanecer, de vivir bajo ese abrigo que es refugio, cobertura y descanso.
🔹 Una morada, no una visita
La palabra hebrea para habitar (yashab) implica establecerse, quedarse, morar de manera permanente. Es decir, Dios no nos invita a refugiarnos temporalmente en Él cuando la tormenta arrecia; nos llama a vivir en Su presencia todos los días.
Cuando aprendemos a permanecer bajo Su sombra, no importa lo que ocurra afuera —el ruido del mundo, las malas noticias o las amenazas—, porque dentro del abrigo del Altísimo hay paz, provisión y propósito.
Muchos quieren la protección de Dios, pero pocos desean la comunión que esa protección requiere. Las promesas del Salmo 91 —que ningún mal te sucederá, que los ángeles te guardarán, que el Señor te rescatará— son el resultado de una vida que elige permanecer cerca de Él.
🔹 Habitar es reconocerlo en todo
Habitar bajo la sombra del Todopoderoso es mantener una relación constante con Dios. No se trata solo de orar cuando tenemos miedo, sino de cultivar un corazón agradecido en cada momento.
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En el hogar: Cuando comienzas tu día con gratitud, reconociendo que cada nuevo amanecer es un regalo, estás habitando bajo Su sombra.
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En el trabajo: Cuando enfrentas un problema con sabiduría, paciencia y oración, estás demostrando que confías en Su dirección.
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En tus relaciones: Cuando decides responder con amor en vez de enojo, perdonar en lugar de guardar rencor, estás permaneciendo en el refugio del Altísimo.
Cada decisión que honra a Dios es un paso más dentro de Su abrigo.
🔹 David: un corazón bajo cobertura
David comprendió bien lo que significa habitar bajo la sombra del Todopoderoso. Cuando enfrentó a Goliat, no permitió que la magnitud del problema eclipsara la grandeza de su Dios.
Mientras todos hablaban del “gigante”, David hablaba del Señor Todopoderoso. No lo llamó gigante; lo llamó “filisteo incircunciso”, es decir, un hombre sin pacto, sin cobertura, fuera del refugio divino.
David sabía que su fuerza no venía de su tamaño, sino de su posición: estaba bajo la sombra del Dios de los ejércitos celestiales.
🔹 Lo que declaras revela dónde habitas
El Salmo 91:2 dice:
“Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.”
Tus palabras son el reflejo del lugar donde vives espiritualmente.
Si habitas en el temor, hablarás de problemas.
Si habitas en la fe, hablarás de promesas.
Cuando dices: “Dios me guarda”, “Su favor me rodea”, “Todo obrará para bien”, estás declarando desde la sombra del Todopoderoso.
Pero cuando solo hablas de enfermedad, carencia o desesperanza, estás saliendo de ese abrigo espiritual.
Lo que declaras atrae la atmósfera en la que decides vivir.
🔹 Ejemplos para la vida diaria
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En casa: Cuando los conflictos familiares se levantan, en lugar de decir “esto no tiene arreglo”, declara: “Dios traerá paz a este hogar.”
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En el trabajo: Si enfrentas una crisis laboral, di: “El Señor me dará sabiduría para avanzar.”
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En tus amistades: Cuando alguien atraviesa un mal momento, recuérdale: “No estás solo, hay un refugio seguro en Dios.”
Vivir bajo la sombra del Todopoderoso no significa que no haya tormentas; significa que, aun en medio de ellas, nada puede destruirte, porque estás bajo Su cobertura divina.
🔹 Reflexión final
Habitar bajo la sombra del Todopoderoso es vivir con conciencia de Su presencia en todo momento. Es hacer de Él tu primer pensamiento al despertar y tu último pensamiento antes de dormir.
Ahí, en ese lugar secreto, las preocupaciones se apagan, el alma encuentra reposo y el corazón vuelve a latir con esperanza.
Recuerda: No es el tamaño de tu problema lo que importa, sino el tamaño de tu Dios.
Nuestro propósito de Vida es: Vivir la Palabra con V de Victoria.
Por: William de Jesús Vélez Ruíz [WilliVeR]
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