El Ciclo Divino: Convertirse en un Manantial, no en un Estanque
“El generoso prosperará; los que refrescan a otros, ellos mismos serán refrescados.”
— Proverbios 11:25
La palabra hebrea usada para “refrescar” en Proverbios 11:25 es “ravá”, que significa saciar, restaurar, revivir, llenar hasta rebosar. No se trata simplemente de un acto de amabilidad; es un movimiento espiritual que produce vida en otros… y en ti.
En la Biblia, Dios estableció un principio que gobierna toda la existencia:
la ley de siembra y cosecha (Génesis 8:22).
Mientras la tierra exista, toda semilla producirá un fruto acorde a su especie. Lo que das—palabras, tiempo, apoyo, amor, ánimo, recursos—vuelve a ti multiplicado.
El apóstol Pablo amplía esta verdad en 2 Corintios 9:6:
"El que siembra escasamente, escasamente cosechará; y el que siembra generosamente, generosamente cosechará."
Dios no solo pide generosidad: Él la respalda.
Isaías 58:10 dice: “Si das tu pan al hambriento y sacias al alma afligida, entonces tu luz nacerá en las tinieblas…”
Es decir, cuando tú refrescas, Dios alumbra tu camino.
Jesús mismo vivió este principio. En Juan 4, cuando habló con la mujer samaritana, dijo que tenía un “alimento” del cual los discípulos no sabían: bendecir y restaurar a otros refrescaba su espíritu.
El refrescar a otros no es pérdida, es inversión del cielo.
Quizá hoy te sientes cansado, como si te faltaran fuerzas o recursos. Pero Dios quiere recordarte algo poderoso:
Cuando refrescas a otros, tú mismo eres refrescado.
No se refiere a dar desde la abundancia, sino desde la disposición.
No necesitas tener mucho; solo necesitas un corazón dispuesto.
A veces la manera en que Dios trae sanidad a tu vida es permitiéndote sanar a otro.
A veces la manera en que Dios te fortalece es usándote para fortalecer a alguien que está peor que tú.
Y mientras lo haces, Dios empieza a obrar en tu interior.
Esto no es un esfuerzo humano:
es un principio del Reino que activa el favor divino en tu vida.

Diplomado Finanzas Personales y Manejo del Dinero CLIC AQUI

Ejemplos Aplicables para la Vida Diaria
En tu hogar
-
Cuando tu pareja llega cargada y tú eliges escuchar sin juzgar, estás refrescando su alma.
Luego, sin que te des cuenta, Dios comenzará a traer paz a tu propio corazón. -
Si tus hijos están inquietos o frustrados, y eliges acompañarlos con paciencia, estás sembrando calma.
Esa misma calma volverá a ti en tiempos de crisis.
En tu trabajo
-
Ayudar a un compañero a resolver un problema, aunque no te corresponda, es sembrar colaboración.
Esa misma colaboración te buscará cuando tú lo necesites. -
Reconocer en público el esfuerzo de otro activa un ambiente laboral más sano y también abre puertas para tu propio crecimiento.
Con tus amistades
-
A veces un amigo solo necesita un mensaje: “Estoy orando por ti”, “No estás solo”, “Cuenta conmigo”.
Eso refresca más de lo que imaginas. -
Ofrecer tu tiempo y presencia sin esperar nada a cambio genera relaciones profundas y estables.
Ese mismo apoyo llegará en los días en los que tú lo necesites.
En la vida cotidiana
-
Una sonrisa al cajero, un “gracias” sincero, ceder tu turno, pagar un café…
Todo eso habla del carácter de Cristo en ti. -
Hacer un pequeño acto de bondad al día cambia tu entorno y cambia tu espíritu.
Reflexión Final
Dios te llama hoy a vivir de manera generosa, no solo con tu dinero, sino con tu alma.
Cuando tú refrescas a otros:
-
tu espíritu se levanta,
-
tu mente se aclara,
-
tu corazón se fortalece,
-
y tu vida se llena de propósito.
La generosidad abre puertas que el egoísmo nunca podrá tocar.
Empieza hoy mismo:
¿Qué tienes en tus manos?
¿Qué palabra, gesto, tiempo o abrazo puedes sembrar?
Porque mientras tú bendices… Dios te está preparando una cosecha.
Nuestro propósito de Vida es: “Vivir la Palabra con V de Victoria”.
Por: William de Jesús Vélez Ruíz [WilliVeR]
El Periódico Web
Periódico Chicamocha News
Internet Para Educar
.gif)
/hotmart/product_pictures/86e2c33c-95f1-419c-b12b-20166a4ba344/GEWEBLogo.png)




