Rodeado, pero jamás vencido: Dios te cubre y protege, Él es tu defensor

Rodeado pero Seguro

Salmo 138:7 – “Aunque esté rodeado de tribulaciones, tú me protegerás de la ira de mis enemigos.”

Hoy quiero hablarte desde el corazón acerca de una realidad que muchas veces enfrentamos: sentirnos rodeados. Rodeados por problemas, por preocupaciones, por responsabilidades, por situaciones que parecen ir más rápido que nuestra fuerza para enfrentarlas. Sin embargo, la Palabra nos recuerda algo maravilloso: no importa lo que rodea tu vida, importa Quién te rodea a ti.

David lo sabía muy bien. Su vida no fue fácil. Fue perseguido, criticado, traicionado, incomprendido y atacado… pero él tenía una certeza que no podía ser quebrada: “El Señor está conmigo.”

Cuando David declara “Aunque esté rodeado de tribulaciones, Tú me protegerás”, no estaba negando su realidad. Estaba eligiendo mirar más allá de ella. Estaba escogiendo confiar en el carácter de Dios antes que en la circunstancia del momento.

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Un Dios que te dice: “Yo Soy”

Cuando Dios se presenta a Moisés diciendo: “Yo Soy el que Soy” (Éxodo 3:14), no está hablando solo de Su nombre, sino de Su naturaleza, de Su esencia eterna y suficiente.

Cuando dice “Yo Soy”, Él está diciendo:

Soy tu paz, cuando la ansiedad intenta gobernarte.
Soy tu fuerza, cuando las situaciones te quieren quebrar.
Soy tu refugio, cuando el mundo te golpea.
Soy tu sanador, cuando tu corazón o tu cuerpo necesitan restauración.
Soy tu proveedor, cuando los recursos se agotan.
Soy tu victoria, aun antes de ver la salida.

David entendió esto, y por eso en el verso 8 declara:
“El Señor hará cumplir Su propósito en mí.”
Es decir: Dios no deja nada a medias. Dios no abandona lo que Él empezó en ti.

Reflexión para tu vida diaria

En el hogar:
Quizás sientes tensiones, discusiones, falta de armonía. Ora, confía y recuerda: Dios puede traer paz donde hoy hay tormenta. No reacciones desde el miedo, responde desde la fe.
En el trabajo:
Tal vez estás lidiando con injusticias, competencia o incertidumbre. Recuerda: No es tu jefe quien sostiene tu futuro, es Dios quien sostiene tu destino.
En tus relaciones y amistades:
Puede que te sientas incomprendido o solo. Aun así, no estás solo. El que te acompaña camina contigo más allá de lo que los ojos pueden ver.

Un acto práctico de fe hoy

Durante el día, declara en voz alta:

“Ninguna arma forjada contra mí prosperará.” (Isaías 54:17)
“Dios está perfeccionando todo lo que me concierne.” (Salmo 138:8)

No lo digas por decirlo… dilo creyéndolo y deja que tu espíritu se fortalezca.

Mensaje Final para tu Corazón

No aceptes la voz del desánimo que quiere convencerte de que “esto es lo que es y nunca cambiará”.
Es mentira.

No fuiste creado para ser promedio.
No fuiste diseñado para vivir apenas sobreviviendo.
Fuiste formado para brillar, para avanzar, para crecer, para conquistar y para vivir con propósito y victoria.

Dios ya está obrando, aunque aún no puedas verlo.
No estás solo. Estás rodeado… pero rodeado de la protección de Dios.