Opinión: “El costo por estar clasificado en estrato 3”


Jóvenes profesionales, con escaso panorama laboral

Por Andrea Botía*

En una economía tercermundista como la colombiana, el hecho de lograr un título universitario, tener un trabajo o emprender un negocio siempre fue un privilegio. (Nótese el uso del verbo, "fue").

En época de Coronavirus, la situación descrita anteriormente parece haber dado un giro de ciento ochenta grados. La crisis actual, generada por la pandemia, ha propiciado que los gobiernos de todo el mundo formulen políticas estatales para aliviar económicamente a las clases menos favorecidas.

Por otra parte, artistas, cantantes, deportistas y demás personajes famosos, han generado toda clase de movimientos solidarios en favor de aquellos que ahora llaman "trabajadores del día a día".

Surgen entonces varias preguntas: ¿Acaso la actual crisis mundial está golpeando sólo a ciertas clases sociales? ¿Quién piensa en la clase media de este país, es decir en todos aquellos profesionales independientes, micro empresarios, emprendedores y comerciantes? ¿Hay subsidios y ayudas para esta población?

En la actualidad, muchos restaurantes, hoteles, almacenes de ropa, de zapatos, tiendas de barrio, bares y discotecas, entre otros, están cerrados; profesionales que ejercían su actividad en sus propias oficinas, no tienen clientes. En términos contables, los gastos fijos como arriendos, servicios públicos y algunas obligaciones laborales y parafiscales continúan, sin obtener ingresos. 

¿Se ha escuchado algún tipo de ayuda solidaria o alivio financiero para estas personas? Ninguna. Peor aún, los alivios financieros de los cuales hablan populistas y banqueros, son los llamados "créditos express", que no son más que préstamos, ¡por Dios! Un préstamo no es un alivio. Metafóricamente, es como cerrar una herida con metal calentado al fuego.

En retórica, esta situación no es nueva, para citar ejemplos: parte de la cotización mensual al servicio de salud del régimen contributivo es para financiar el régimen subsidiado. Dicho en otras palabras, las personas que pagan de su propio bolsillo sus aportes al sistema de salud, subsidian en parte, a aquellas otras que no aportan al sistema, ya sea porque no tienen un ingreso "digno" o porque no tienen ingresos, es decir, no trabajan.

Continuando, en la factura mensual de los servicios públicos del estrato 3, se incluyen aportes para subsidiar el servicio de electricidad de los estratos 1 y 2.

Por otra parte, ni hablar de los subsidios para construcción de vivienda de interés popular. En condiciones normales, los destinatarios de estos dineros deben ser personas de bajos ingresos, que no tengan propiedades, y que pertenezcan a estratos 1 y 2. Entonces, surge una reflexión un poco desconcertante: la clase trabajadora que ha dado su fuerza laboral, su conocimiento, su emprendimiento, para tener cierta calidad de vida, que con mucho esfuerzo ha logrado comprar un carro para transportarse a su trabajo, que obtiene ingresos medianamente sostenibles, que se multiplican, no sólo en un trabajo, sino quizá en varias actividades a la vez, ¿no son dignos destinatarios de un subsidio por parte del Estado para construir su casa? La respuesta es NO, no aplica.

Este es el costo que se debe pagar por estar clasificado en estrato 3.

*(Education and Migration Consulting)   

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