PALABRAS CURATIVAS
Proverbios 12:18 — “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina.”
La medicina que sale de tu boca
hay momentos en la vida en los que una sola palabra puede cambiar el rumbo de un corazón herido. La Escritura nos recuerda una realidad profunda: nuestra boca puede herir… o puede sanar. Puede abrir una herida… o puede cerrarla. Puede levantar… o puede derribar.
Cuando el escritor de Proverbios dice que “las palabras de los sabios son medicina”, nos está revelando un principio espiritual poderoso: Dios ha puesto en tu boca la capacidad de ser un instrumento de sanidad emocional, espiritual y aun física para quienes están cerca de ti.
1. La Biblia confirma el poder terapéutico de las palabras
A lo largo de las Escrituras, Dios muestra cómo una palabra correcta, en el momento preciso, puede transformar una vida:
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Proverbios 15:4: “La lengua apacible es árbol de vida.”
La palabra que se habla con calma, paciencia y compasión alimenta, nutre y hace crecer. -
Proverbios 16:24: “Panal de miel son los dichos suaves; dulzura al alma y salud para los huesos.”
La sanidad es un efecto directo de las palabras que cargan gracia. -
Efesios 4:29: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca… sino la que sea buena para edificación.”
Es decir, si no va a edificar, no la digas. Porque toda palabra que sale de tu boca deja un efecto, positivo o negativo.
2. Las palabras también pueden destruir, como espada afilada
La Biblia no es ingenua: reconoce el impacto negativo de las palabras sin sabiduría.
Una frase cortante puede apagar la alegría de un niño.
Un comentario sarcástico puede desalentar a tu pareja.
Un juicio apresurado puede herir la dignidad de un amigo.
Un chisme puede destruir la reputación de alguien que ni siquiera está presente.
Ese es el significado de “golpes de espada”: palabras que cortan el alma.
3. Dios te invita hoy a ser un sanador de almas con tu manera de hablar
No necesitas títulos para sanar corazones; necesitas disposición y sabiduría.
La sanidad comienza en ti:
Cuando eliges hablar con gracia, Dios llena tu boca de bendición.
Cuando decides callar lo que hiere, Dios abre tu corazón para escuchar mejor.
Cuando usas tus labios para animar, Dios también te anima a ti.
EJEMPLOS APLICABLES PARA LA VIDA DIARIA
En el hogar
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Cuando tu hijo comete un error, en lugar de decir: “¡Siempre haces lo mismo!”, dile:
“Estoy contigo, aprendamos juntos a hacerlo mejor.”
Esa simple frase construye seguridad emocional. -
Si tu pareja está desanimada, evita frases como: “Eso no es nada, exageras”.
Intenta decir:
“Te entiendo, estoy contigo, vamos a salir adelante.”
En el trabajo
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Cuando un compañero falla, evita la crítica pública.
Mejor di:
“Sé que puedes mejorar esto, ¿cómo puedo ayudarte?”
Esa palabra convierte errores en oportunidades. -
Si un cliente o colega está tenso, responde con suavidad:
“Vamos a resolverlo juntos, no te preocupes.”
Una palabra calmada desactiva un ambiente explosivo.
En las amistades
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Cuando alguien te confía algo delicado, no repitas su historia.
Sé medicina diciendo:
“Puedes confiar en mí, oro por tu corazón.” -
Si un amigo está roto, no le des sermones.
Regálale palabras que restauran:
“Tu vida no termina aquí; Dios está haciendo algo nuevo.”
REFLEXIÓN FINAL
Cada día Dios te da la oportunidad de ser un canal de sanidad.
Tus palabras pueden convertirse en el puente que alguien necesita para volver a creer, para levantarse, para intentarlo de nuevo.
Hoy elige ser sabio.
Hoy elige ser medicina.
Hoy elige que tus palabras sean un bálsamo que restaure vidas.
Nuestro propósito de Vida es:
Vivir la Palabra con V de Victoria.
Por: William de Jesús Vélez Ruíz [WilliVeR]
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