OPINIÓN: “Crónicas de pueblo”


Por Rubén Darío Rodríguez López

Chicamocha News

El 13 de marzo de 1988 se realizó en Colombia la primera elección popular de Alcaldes municipales. Ese día se dio cumplimiento al acto legislativo Nro. 01 del 9 de enero de 1986 que ordenaba que "Todos los colombianos podrán elegir directamente mediante voto popular al Presidente de la República, Senadores, Representantes, Diputados, Gobernadores, Alcaldes, y concejales". Esto hace 32 años.

En el pueblo, esta transformación democrática permitió que muchas personas asumieran liderazgos y empezaran a construir un camino político como medio de vida. Fue así como inicialmente se eligieron personas reconocidas, principalmente del casco urbano y más adelante del sector rural empezaron a aparecer algunos líderes que tomaron como bandera la representación del campesinado.

Era el final de la década de los 90 y surgieron jóvenes del sector rural que, desde sus humildes condiciones y sus propuestas por el campesinado, nos llenaron de esperanzas y de ilusión al hacernos creer que un municipio podría ser mejor representado por personas de descendencia de familias campesinas, trabajadoras, honestas, piadosas (somos muy devotos de la Virgen). Bajo esas premisas, decidimos apoyar a ese joven que hizo su primaria en la escuela de la vereda, su bachillerato en el SAT y que demostró que su gente lo necesitaba y que podríamos hacer justicia con el sector rural.

Lo elegimos Concejal, una vez allí, su particularidad y sus denuncias de control político, nos volvió a ilusionar, le apoyamos la conformación de organizaciones campesinas (las cuales convirtió en su fortín político) y nos demostraba que podía ir más allá. Se postuló a la Alcaldía, siempre estuvimos ahí, lo apoyamos, nos quemamos varias veces, hasta que lo logramos. 

Una vez que lo elegimos Alcalde, llegó al poder y se transformó. Dejó de ser ese humilde campesino con manos fuertes, producto del uso del azadón y el enyugado de bueyes, colgó su sombrero y su ruana en el cuarto de san alejo y empezamos a ver a una persona totalmente diferente a la que habíamos conocido en sus humildes raíces. El whisky que ahora tomaba y el endiosamiento de sus colaboradores lo llevaron a convertirse en una especie de "reyezuelo"; sus órdenes se cumplían o se cumplían, empezó a ver a los campesinos que no votaron por él como enemigos, solamente hacia obras y proyectos para los que lo eligieron y nada de obras con impacto municipal; quiso armar su propio "imperio" y dividió al pueblo en dos, creó su propia banda (de músicos claro), su propio grupo de tercera edad y su propio grupo de danzas, entonces, en el municipio todo era de a dos, le faltó construir su propio palacio municipal, redujo los únicos puestos de trabajo del municipio a las más mínimas proporciones, reestructurando la planta de empleados y destruyendo el trabajo de muchas familias, empleó a muchas personas que no eran del municipio y, para completar, le dieron un revólver para su protección, pero cada vez que se emocionaba o se emborrachaba lo hacía sonar, disparando al aire para demostrar el poder e intimidar a quien no estuviera de acuerdo con sus actos o sus posiciones.

Terminó el periodo de su administración con un balance positivo para sus finanzas, sus bienes particulares, pero no muy positivo para el desarrollo del municipio. Por un momento pensamos bueno, nos equivocamos y ya pasó la horrible noche, ya esperábamos que su ego y su avaricia se hubiesen calmado y lo llevaran a disfrutar de su "buen retiro".

Pasaron cuatro años y volvió a aparecer, con su discurso de humilde campesino, de verdadero líder y hasta de víctima, pretendía convencer a la gente que fue un perseguido político, que nada de lo que decía la gente era verdad, que eran calumnias, etc.  Afortunadamente no le comimos cuento y de alguna manera le castigamos en las urnas, su regular primera administración, pero principalmente su transfiguración, su arrogancia y su prepotencia al pretender volver al poder, como si nada hubiese pasado.

Con el paso de los años, sus finanzas personales se deterioraron, sus bienes se redujeron a su mínima expresión y pues al verse en estas condiciones, y al olvidarsele el azadón y el arado, solo le quedó el aprendizaje de hacer politiquería, no tuvo otra alternativa que volverse a lanzar para la Alcaldía, "vuelve y juega". ¡Increíblemente!

Para la nueva "contienda electoral", como se le suele llamar en los corrillos de pueblo a las elecciones populares, llegó recargado, sí, llegó con más odio, con más rabia a polarizar más a la humilde gente del campo, a dividir más a la gente del pueblo y eran tantas sus ansias de poder, que empeñó esta y la otra vida, prestando dinero a diestra y siniestra para llegar a comprar con plata, lo que con ideas ya no podía conseguir. Decían que, supuestamente, compraba votos a 2 millones de pesos y compraba familias completas a 8 y 10 millones de pesos, dependiendo el número de votos. El valor real de la inversión en esa campaña era incalculable, unos decían que 800 otros decían que 1.000 millones, en fin, solamente lo sabe él. Pues sí señores, logró ganar las elecciones y volvió a ser Alcalde del municipio para un segundo periodo.

En esta oportunidad, muchos no lo acompañamos, pero al final fue lo que una mayoría de gente escogió y solamente esperábamos que su nueva administración fuera más sensata, más participativa y que ahora sí, hiciera sus ejecuciones en pro de todo un pueblo y no de unos pocos, como lo hizo la primera vez.

Desafortunadamente, llegó con más ganas de venganza, de destruir a quienes no votamos por él, de dar ayudas solamente a sus amigos, así no la necesiten, de intimidar a quien no está de acuerdo con sus decisiones, en fin; Llegó con el afán de pagar las deudas de su campaña, de contratar a diestra y siniestra el pequeño presupuesto de su pueblo, como si el mundo se fuese a acabar. Es decir, una versión más peligrosa, más soberbia y más dañina que la primera que conocimos.  

Como pueblo católico y creyente, pedimos a esa misma "virgencita" que nuestro líder invoca, y rogamos por su intercesión, para que las entidades de control y que tienen la responsabilidad de hacer justicia funcionen y si no, acudimos a la justicia divina para que no permita que, a nuestro pueblo; el Alcalde, sus asesores y sus calanchines de siempre, lo humillen, lo ultrajen y se lo roben sin piedad. Líbranos virgencita.

Cualquier parecido con alguna realidad, es pura coincidencia.

ChicamochaNews.net - Multilenguaje