Esta es solo una muestra de los derrumbes que limitan la movilidad por la carretera de García Rovira a Bucaramanga.
Podría decirse que en la carretera que conduce de Málaga a Los Curos y Bucaramanga, los derrumbes se cuentan por docenas. A diario en estos periodos de lluvias los desprendimientos de lodo y rocas generan demoras a los transportadores, mientras las cuadrillas de trabajadores no dan abasto, con el despeje de la vía.
Durante un recorrido que realizamos este martes por dicha carretera, pudimos constatar, no solo la cantidad de derrumbes que bloquean al menos un carril de la carretera, sino la vulnerabilidad de los taludes que a diario se desprenden como consecuencia de las continuas lluvias.
Pese a esta situación, las empresas de buses no buscan rutas alternas sino que siguen despachando sus vehículos por esta carretera, sin tener en cuenta que muchas veces tienen que esperar por horas a que llegue maquinaria y personal para que despejen la vía, o en el peor de los casos devolverse a sus lugares de origen.
Río Chicamocha sigue amenazando la Troncal del Norte
De otra parte, las últimas crecientes del río Chicamocha, como consecuencia de las fuertes lluvias en el departamento de Boyacá, siguen generando preocupación a los transportadores por el continuo acecho a la banca carreteable entre los municipios de Capitanejo y Tipacoque.
Pese a que esta situación lleva varios meses, el Instituto Nacional de Vías no ha tomado cartas en el asunto y de seguir lloviendo en la parte alta la pérdida de la banca sería inminente.
Aprovechamos para hacerle un llamado a la territorial Boyacá del Invias, para que se tomen medidas preventivas y no se espere a que sea tarde y pueda suceder una tragedia.
